segunda inundación de san marcelo

Zacarias Pereira da Mata - Shutterstock

Cuando el común de los mortales oye hablar de edades de hielo, lo que le viene a la mente son épocas remotas en las que, quizá, los mamuts aún recorrían la tierra. Así, no muchas personas están al tanto de que el hemisferio norte sufrió lo que conoce como la Pequeña Edad de Hielo desde el último cuarto del siglo XIII hasta mediados del XIX, años durante los que el clima nos trató con mucha dureza, con alguna que otra catástrofe de las que ponen los pelos de punta al conocer su relato. De la mayor de ellas voy a hablaros aquí.

Lo que originó la Pequeña Edad de Hielo

Como supondréis por su mismo nombre, la Pequeña Edad de Hielo fue un periodo extraordinariamente frío que, como decía, afectó al hemisferio norte entre los siglos mencionados, aunque se dejó sentir también en cierta forma en lugares tan remotos como China o América del Sur. Las causas de esto las encontramos, principalmente, en unas descomunales erupciones volcánicas en el trópico que provocaron una serie de efectos sobre el clima a partir de 1275 y, quizá, en la baja actividad solar entre 1645 y 1715, con el llamado Mínimo de Maunder, pues fue el astrónomo decimonónico Edward Walter Maunder quien descubrió la práctica ausencia de manchas solares durante este espacio de tiempo.Las erupciones volcánicas dificultan la entrada de la radiación solar; varias masivas en 50 años provocaron la Pequeña Edad de Hielo entre 1275 y 1850

Estas erupciones volcánicas masivas, que ocurrieron a lo largo de unos cincuenta años, enfriaron el hemisferio norte porque, cuando las cenizas de un volcán llegan a lo alto de la atmósfera y cubren una gran extensión terrestre durante años, dificultan la entrada de la radiación solar, lo que también es ocasionado por las partículas de ácido sulfúrico en que se convierten las erupciones de azufre al abordar la estrafosfera, partículas que reflejan los rayos solares. Así, la cantidad de radiación que toca la superficie terrestre se reduce y, como consecuencia, disminuyen las temperaturas de forma acusada, sobre todo si las erupciones volcánicas de gran tamaño ocurren varias veces, como entonces, en medio siglo, lo que acumula el enfriamiento.

segunda inundación de san marcelo
'El Támesis congelado', de Abraham Hondius (1677)

De este modo, para que os hagáis una idea, durante la Pequeña Edad de Hielo, pueblos enteros de los Alpes fueron devastados por el avance de los glaciares, los londinenses podían patinar nada menos que por el Támesis, y los neerlandeses, por los canales de los Países Bajos, y en España, el río Ebro se heló en siete ocasiones entre 1505 y 1789, y permaneció así durante quince días este último año y el anterior, se mantuvieron un buen número de pozos de nieve en el Mediterráneo, los glaciares se extendieron por los Pirineos y, como en el resto de su hemisferio, hubo un considerable aumento de la lluvia intensas, de las nevadas, las tormentas marítimas y las inundaciones. Y precisamente esto fue lo que produjo la mayor catástrofe de la Pequeña Edad de Hielo.

La segunda inundación de San Marcelo

Sucedió el 16 de enero de año 1362, un domingo en que se celebraba la fiesta del papa Marcelo I, de ahí el nombre que le dimos en español. Sin embargo, tanto los neerlandeses como los daneses conocen a esta catástrofe como el Gran Ahogamiento de Hombres, una denominación nada exagerada que, de hecho, resulta mucho más descriptiva de lo que le pasó a la población del norte de Alemania y el Schleswig-Holstein, uno de sus hoy estados federados, los Países Bajos e Inglaterra.Los neerlandeses y los daneses conocen a esta catástrofe como el Gran Ahogamiento de Hombres

Se trata de la segunda inundación porque, a causa de la primera, el mismo día de 1219, ya se había anegado buena parte del norte de los Países Bajos y el Zuiderzee, una bahía de escasa profundidad en el mar del Norte, por lo que perecieron ahogadas cerca de 36.000 personas. Y conveniente es reseñar que esta inundación, junto con la de los Santos en 1170, la de San Nicolás en 1196 y la de 1214, originó los mares interiores del Zuiderzee y de Frisia. Caray con el día del papa Marcelo.

segunda inundación de san marcelo
Norte de Frisia, Países Bajos, en 1651 y en 1240 - Wikipedia.org

El caso es que, si el 15 de enero de 1362 una tremenda marejada ciclónica atropelló la región del mar del Norte desde los Países Bajos hasta Dinamarca, al día siguiente, asoló varias islas, provocó que grandes franjas de tierra firme se transformaran en eso mismo, en islas, destruyó localidades al completo y acabó con la vida de entre 40.000 y 100.000 personas. El agua se había elevado unos dos metros y medio, pasando por encima de veintiún diques y presas, y ocho ciudades, como la próspera Rungholt, quedaron bajo el agua para siempre.El agua se elevó 2,4 metros, pasando por encima de 21 diques y presas, y 8 ciudades quedaron bajo el agua para siempre

Esta gran catástrofe en el marco de la Pequeña Edad de Hielo no la solemos estudiar en las clases de Historia pero, al igual que el gran terremoto de Lisboa de 1755, fue un suceso digno de ser contado porque también influyó en el devenir de la humanidad, incluso en los detalles: la leyenda dice que, durante los días de tormenta, aguzando el oído, uno puede escuchar las campanas de los templos de Rungholt; un simpático disparate que sólo originan los sucesos que de verdad dejan huella.

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