Si hay una pieza especialmente cara a la hora de crear nuestro propio kit fotográfico, es el objetivo. Solo hay que salirse un poco de los modelos más básicos para ver cómo el precio aumenta de manera escalada hasta superar fácilmente la barrera de los mil dólares. Autoenfoque, estabilizador, más velocidad o luminosidad, una distancia focal especial (muy corta o muy larga), zoom… son características que aumentan el precio, especialmente si las queremos todas. “¿No puede ser que el precio esté algo inflado?”. Bueno, pues la próxima vez que lo penséis o alguien os lo diga echadle un ojo al siguiente vídeo en el que el programa “How it’s made” (Cómo se hace) muestra el proceso de fabricación completo de un objetivo, en concreto del Canon EF 500mm f/4 L:
Los estándares de calidad para este tipo de productos son altísimos
Aunque el vídeo tiene unos cuántos años, el proceso de fabricación de las lentes no ha variado tanto como se puede llegar a pensar y, como podemos observar, gran parte del montaje se sigue realizando a mano pese a que otras partes del proceso se han mecanizado. También hay que tener en cuenta los estándares de calidad con los que se fabrican las lentes, puesto que no son simples cristales. La composición de la “arena” con la que se fabrica el cristal está pensada para eliminar cualquier tipo de impureza que pueda causar una aberración cromática en la imagen. Por no hablar de la cantidad de pruebas y tratamientos a las que se somete a cada lente.
Si a esto le sumamos complicaciones tecnológicas como la inclusión de un estabilizador óptico en el propio objetivo EF de Canon o los motores necesarios para contar con un autoenfoque rápido y preciso estamos ante una auténtica obra de ingeniería. Algo que no solo ocurre en los objetivos EF de Canon, sino también en la mayoría de objetivos de marcas como Nikon, Olympus, Panasonic o Leica.