ING fue un banco adelantado a su tiempo. Operaba a través de Internet cuando demasiada gente ni lo usaba ni le apetecía, tanto que muchas de sus operaciones se podían hacer por teléfono. La llegada masiva de Internet y sobre todo de smartphones y apps le supuso una alfombra roja para despegar de verdad. Con esa misma idea acaba de anunciar CaixaBank su nuevo proyecto: ImaginBank, un banco pensado para operar exclusivamente desde el móvil a través de su aplicación. No está mal pensado en uno de los países con mayor penetración de smartphones del mundo.
Una marca satélite de CaixaBank para un banco "app-only" con foco en pagos NFC, un wearable, etc.
La idea es que el smartphone sea 100% funcional para cualquier tipo de operación o consulta bancaria, y no un satélite complementario. La juventud como objetivo no es ningún secreto, y durante su presentación en Barcelona se han cansado de decir que el público de entre 18 y 35 años, A.K.A. "nativos digitales", A.K.A. "millennials" son el target a quien va destinado ImaginBank.
Entre algunas de las funciones extra que se incluyen están el envío de dinero a través de un número de teléfono o una dirección de correo del destinatario mediante el servicio ImaginPay, al estilo de Yaap Money o Twyp, el acceso protegido a través de código PIN o de huella dactilar si el smartphone lo incluye, o la integración con el chip NFC del terminal para realizar pagos móviles. También se puede enviar dinero a alguien a través de un código SMS para hacer el reintegro en un cajero sin necesidad de tarjeta siquiera.
Por otro lado, se está potenciando la posibilidad de llevar una pulsera que funciona como una tarjeta de débito NFC para realizar pagos, así como una pegatina también NFC para pegarla en principio al smartphone y realizar pagos desde él en el caso de que no tengamos un smartphone con esta función. De momento la aplicación ya está disponible para Android, y en revisión para que llegue a la App Store de iOS por parte de Apple. De Windows Phone / Windows 10 no hay noticias.
Bienvenidos a la era en la que los bancos hacen lo que vienen haciendo las operadoras con las OMV en los últimos años.