La muerte de David Bowie nos ha dejado huérfanos de un verdadero símbolo para la música y la cultura popular. El adiós del cantante y actor que rompió moldes durante toda su carrera nos hace recordar también el inmenso legado de Bowie a la ciencia ficción.Space Oddity fue versionada por Chris Hadfield a bordo de la ISS

El repaso a las canciones de David Bowie más conocidas no deja lugar a dudas. Con solo 22 años, el genio británico compuso "Space Oddity", un tema lanzado en julio de 1969 coincidiendo con el aterrizaje de la misión Apolo 11 en la Luna y que cuenta con guiños a 2001: A Space Odyssey. La BBC utilizó también la canción de David Bowie para cubrir la llegada de Neil A. Armstrong, Buzz Aldrin y Michael Collins a nuestro satélite.

"Space Oddity" es también el tema en el que conocimos a Major Tom, el inolvidable astronauta que saltaría de la ciencia ficción a la realidad con la versión de Chris Hadfield a bordo de la Estación Espacial Internacional. Hace solo tres días, la NASA felicitaba precisamente a David Bowie por su sexagésimo noveno cumpleaños con esta versión.

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El cantautor, famoso por la asimetría en las pupilas que padecía producto de un puñetazo, continuó su carrera musical con "The man who sold the world", un tema original de Bowie aunque fuera interpretado posteriormente por Nirvana. Como contaba Julián Ruiz en esta pieza publicada en El Mundo, el británico se inspiró en la novela de ciencia ficción The man who sold the Moon para escribir el título de esta mítica canción.Sus álter ego y muchas de sus canciones y videoclips crearon un pequeño universo para la ciencia ficción

Dos años después, David Bowie publicaría uno de sus discos más importantes, reconocido además como uno de los mejores trabajos en la historia del rock. Con The Rise and Fall of Ziggy Stardust and the Spiders from Mars nacía también el segundo álter ego del cantante y actor, después de la publicación de Hunky Dory y "Life on Mars?", su venganza personal contra "My Way" de Frank Sinatra. Ziggy Stardust, el icónico extraterrestre andrógino, provocativo e influenciado por los trabajos de Warhol, Lou Reed o Iggy Pop, marcó un verdadero punto de inflexión en su carrera. Aquel disco también hizo que la ciencia ficción dejara de estar solo en los libros y las películas de la época, convirtiéndose en parte de la historia de la música. El álbum también incluyó la famosa "Starman", una canción que formó parte de la banda sonora de The Martian.

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Pero Bowie no solo compuso temas que nos permitieron soñar con la ciencia ficción. También protagonizó películas como The Man Who Fell to Earth, una cinta dirigida por Nicolas Roeg en la que David Bowie interpretó en 1976 a Thomas Jerome Newton. Cuarenta años antes de que el cambio climático fuera aceptado como una amenaza real, Bowie dio vida a un extraterrestre procedente de Anthea, que llega a la Tierra con el objetivo de transportar agua a su planeta, que sufría una terrible sequía.En 1976, David Bowie interpretó a un extraterrestre procedente de Anthea, un planeta que sufría graves problemas de sequía

Esta visión apocalíptica del futuro se observa también en una de las primeras canciones de David Bowie, "We are hungry men". Es un tema en el que no es la sequía el problema principal de la Tierra, sino la superpoblación y el hambre los que amenazan a nuestro planeta. Pero igual que el cantante imaginaba un futuro terrible, sus letras también consiguieron crear soluciones tan surrealistas como la que propone en "Saviour machine", una suerte de computador que puede borrar del mundo la guerra y la escasez de alimentos.

Con Aladdin Sane, David Bowie presentó en 1973 su tercer álter ego utilizando un juego de palabras (a lad insane, un chico insano). La historia de este personaje alienígena, marcado por el famoso rayo rojo y azul, se inspiró en la vida del propio hermano de Bowie, que padecía esquizofrenia. Una de sus canciones más conocidas de este disco, "Drive-In Saturday", vuelve a narrar un futuro post-apocalíptico -situado en 2033- en el que los ciudadanos deben mirar antiguas películas porno para saber cómo reproducirse. Una estética de ciencia ficción con la que el cantante vuelve a jugar en Diamond Dogs, un álbum cuya portada muestra a dos mujeres mutantes flanqueando a David Bowie, que aparece con unas piernas de perro. La ilustración fue obra del artista belga Guy Peellaert, que también trabajó como dibujante para los Rolling Stones.

David Bowie

La influencia de la ciencia ficción en David Bowie se puede ver también en las portadas de álbumes como Station to Station o Low. En ambas se muestran imágenes de la película The Man Who Fell to Earth. La llegada de los ochenta, según apuntan algunos autores, significó también un cambio de rumbo en la discografía del británico. "Scream like a baby", la canción de su disco Scary Monsters (And Super Creeps), parece ambientada en la ficción distópica que planteó George Orwell en 1984. De nuevo Bowie utiliza la nostalgia futurista para hilar la historia de este tema, al igual que hizo en canciones anteriores. Otro de los singles recordados en ese álbum es "Ashes to ashes", en el que Bowie recupera la figura de Major Tom.El último regalo del británico fue Blackstar, su último álbum en el que nos dejó un pequeño corto de ciencia ficción

Durante los años ochenta y noventa, a pesar de que la obra de David Bowie dejó de estar tan marcada por la ciencia ficción, todavía podemos encontrar algunos detalles de esa influencia. Se muestra por ejemplo en la canción "Loving the alien" o en sus interpretaciones de Goblin King en Labyrinth o del vampiro John en The Hunger, película en la que actuó junto a Susan Sarandon o Catherine Deneuve. El videoclip de "Hallo Spaceboy", tema perteneciente al disco Outside de 1995 y remezclado por Pet Shop Boys, recupera el espíritu de Major Tom y juega con la ambigüedad que siempre caracterizó a David Bowie.

La llegada del siglo XXI también trajo nuevos regalos del británico. En The Prestige*, película dirigida por Christopher Nolan en 2006, David Bowie interpretó a Nikola Tesla. Pero tal vez su última gran contribución al universo de la ciencia ficción haya sido su álbum Blackstar, publicado hace solo unos días. Además de la letra de "Lazarus", en la que el cantante parece despedirse de su público con frases como "I’ve got scars that can’t be seen", David Bowie nos regaló el último corto de ciencia ficción para ambientar el tema introductorio del disco. Una canción y un videoclip que culminan una amplísima discografía y filmografía de un icono irrepetible.

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