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Las mañanas de Pekín no suelen ser radiantes y soleadas. En realidad, en el centro de la ciudad existe un manto grisáceo que lo inunda todo, desluciendo el panorama. Lo mismo ocurre con otras ciudades como Dheli, donde una capa sucia de contaminación se posa sobre la ciudad de manera permanente. Con el recuerdo de la cumbre de París sobre el cambio climático todavía presente, acaba de llegar otro informe por parte del JPL de la NASA indicando que la polución producida en algunos lugares de Asia podría estar afectando mucho más allá estas ciudades. Es más, podría estar condicionando el ciclo climático a nivel global. ¿Cómo es posible?

La contaminación que vino de otro continente

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Asia, entre muchas otras cosas, también es conocida por contar con las veinte ciudades más contaminadas del planeta. Estas se han erigido sobre una economía basada en los combustibles fósiles, especialmente en el carbón. Los residuos que producen esta forma de conseguir energía son lanzados al aire en forma de gases de efecto invernadero y partículas sólidas. Según el modelo diseñado por la NASA, esta contaminación producidas en grandes núcleos industriales lleva años cruzando el Océano Pacífico, llegando hasta la costa oeste del continente americano. Y aunque solo es un modelo, los datos avalan esta hipótesis: desde hace unas décadas, durante el auge industrial de Asia, los niveles de contaminación han ido incrementándose en la costa oeste de América acorde con el aumento en Asia. Aunque, como de costumbre, es importante recordar que correlación no implica causalidad (es decir, que aunque coincida un hecho no quiere decir que sea su causa), desde luego ha levantado las sospechas en los laboratorios de la NASA.

Más que simple contaminación

Pero el problema, tal y como señalan los expertos, no es solo la contaminación. Esta tiene una serie de consecuencias a la larga y "a lo grande" difícilmente previstas con antelación. Aunque ya se viene conociendo el problema desde años atrás, por fin el modelo consigue mostrar cómo está afectando la nube de aerosoles al clima. La cuestión es muy sencilla, los aerosoles, es decir, microgotas que flotan en el aire, viajan a través del Pacífico hasta la costa Oeste. El papel de estos aerosoles es fundamental en las nubes que descargan en las costas. En primer lugar, los aerosoles actúan como "germen" de nubes, produciendo un incremento de nubes. Pero también un incremento en su intensidad y fuerza. A ciertas alturas, los aerosoles generan nubes altas y profundas, con una capacidad de descarga aterradora.

El problema no son solo los gases, sino también los aerosoles que crean y destruyen las nubesEn otras ocasiones, si no hay vapor de agua suficiente, los aerosoles son capaces de "secar" el aire, evitando la formación de nuevas nubes. Como vemos, los aerosoles producidos por la contaminación suponen una barrera en la capacidad que tenemos de analizar el clima. En todos los casos, estos efectos tienen consecuencias gigantescas, cambiando el clima de grandes zonas y creando cambios en las corrientes. Los datos, como explicábamos, avalan un incremento en los últimos quince años en la ferocidad de las nubes sobre el continente americano, lo que los expertos relacionan con el incremento de la producción de aerosoles en Asia. Y de aquí, podría derivar un efecto aún más complejo, pero notable, en las corrientes y el clima a nivel global.

Cambiando la visión sobre el planeta

Los datos al final apuntan a la necesidad de revisar la visión que tenemos sobre el clima a gran escala. Tradicionalmente existen una serie de corrientes y un efecto "norte-sur" conocido con bastante profundidad. Pero el efecto de los aerosoles (directo o indirecto) supone un factor importante y que, probablemente, no hayamos tenido en cuenta debido a la falta de información hasta el momento. El siguiente paso es tratar de conocer mejor cómo afecta al intercambio de corrientes, a los flujos de temperaturas y a las lluvias. El intercambio lateral puede generar efectos en cadena, como piezas de dominó. Entenderlos es un proceso crucial para definir nuevas estrategias para lidiar con los procesos meteorológicos. Especialmente el cambio climático que estamos viviendo.

contaminación

Por otro lado, el efecto de los aerosoles también podría ayudarnos a diseñar tecnología capaz de controlar las nubes y el clima. Algo que llevamos años (si no siglos) tratando de realizar. Ya se han realizado varias hipótesis sobre cómo generar nubes o controlar la potencia de las mismas mediante aerosoles. No obstante, todavía es pronto para desarrollar una tecnología lo suficientemente a punto como para poder usarla de manera eficiente y segura. En otras palabras, que todavía nos queda muchísimo por aprender sobre este efecto. Pero es un nuevo camino que explorar en nuestro beneficio y en el del propio planeta.