La mirada se vuelve a Veracruz, estado en el que el Congreso acaba de aprobar, de forma expedita y ágil, la propuesta de Ley del gobernador Javier Duarte Ochoa, que busca garantizar la vida por sobre todas las cosas. Esto sería una buena noticia si consideramos que el estado de Veracruz presenta altos índices de violencia y es uno de los estados más peligrosos para ejercer el periodismo, razón por la cual México es el país más peligroso para los periodistas de toda América Latina.

Sería buena noticia pero no lo es, pues la modificación a la Constitución para garantizar la vida "Desde el momento de la concepción hasta la muerte natural, como valor primordial que sustenta el ejercicio de los demás derechos naturales", como versa el decreto aprobado por los diputados, criminaliza el aborto y, por tanto, elimina el derecho a las mujeres de decidir sobre su reproducción. Aún más, con este cambio, el aborto está equiparado con el homicidio doloso y sancionado como tal, sin importar la semana de gestación en la que se de.

Con una aprobación sin mayor discusión y con amplia mayoría, con 38 votos a favor 6 en contra de los legisladores Mónica Robles del PVEM, el priista Ricardo Ahued, del PRD, Jesús Alberto Vázquez Flores y Ana María Condado Escamilla y de Movimiento Ciudadano, Cuauhtémoc Pola Estrada y una abstención del PRI, Ciro Félix Porras.

La diputada Mónica Robles, la única que habló en contra de la iniciativa indicó:

Al modificarse la Constitución se está violando el derecho de las mujeres, se está violando el derecho a una decisión de conciencia, se busca este tipo de iniciativas para cerrar la puerta a una posible legalización del aborto, y lo que se dará es la criminalización de las mujeres que aborten.

"Sí a la vida"

El tema no es nuevo, desde 2015 el "Sí a la vida" fue utilizado por una iniciativa popular con los mismos objetivos que hoy el Congreso ha aprobado. Cabe mencionar que desde el 2008 la misma Suprema Corte de Justicia despenalizó el aborto en la ciudad de México por:

Salvaguardar los derechos de las mujeres, pues la no penalización de la interrupción del embarazo tiene como contraparte la libertad de las mujeres para que decidan respecto de su cuerpo, de su salud física y mental e, incluso, respecto de su vida.