La misión ORBCOMM-2 Mission, tenía como objetivo enviar 11 satelites de comunicación máquina-a-máquina a la órbita baja de la tierra. Lo más importante era que la carga llegase, el aterrizaje era secundario, aunque siente un precedente histórico.

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Falcon 9, esta última vez rediseñado a la versión 1.2, es un cohete de grandes dimensiones destinado a transportar cargas a órbita. Es un cohete de dos partes: la grande es la que propulsa y debe retornar a tierra, siendo la parte pequeña la que contiene la carga y no es reutilizada.

En junio se intentó que la primera fase del cohete, la que propulsa a la segunda parte que lleva la carga, aterrizase en medio del mar gracias a una plataforma autónoma. La cosa no fue muy bien, pero esta vez lo han logrado haciéndolo aterrizar en tierra firme, más concretamente en un antiguo campo de lanzamiento de la fuerza aérea estadounidense, usado por última vez en 1978 localizado en Cabo Cañaveral.

Tanto el aterrizaje de la fase 1 como la distribución de la carga por la fase 2 han sido un éxito rotundo. El equipo de SpaceX gritaba de euforia, llevan años trabajando por esto.

Foto de larga exposición de johnkrausphotos.com
Foto de larga exposición de johnkrausphotos.com

Charles Miller, presidente de NexGenSpace dijo: "Creo que está muy claro que el futuro son los cohetes reutilizables, y que el resto del mundo está intentando alcanzar el grado de innovación de los empresarios aerospaciales norteamericanos".

Space Exploration Technologies Corporation (SpaceX) fue fundada en 2002 por Elon Musk, el famoso y ambicioso empresario al frente de empresas como PayPal, SolarCity o Tesla Motor. Se han desarrollado los cohetes comerciales Falcon 1 y Falcon 9, cuya máxima es ser reutilizables.

Contexto e información previa al lanzamiento.

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