La impresión 3D ya lleva un buen tiempo siendo tratada como tendencia, y cuando hablo de tendencia me refiero a un campo que se espera ver disrumpir con fuerza pronto, pero que no acaba de estandarizarse tanto como se podía pensar hace años. Hay que reconocer que el precio de los componentes necesarios para el proceso aún es caro, pero la idea de una impresora por casa parece, de momenteo, muy alejada. Sin embargo, hay campos que se están beneficiando de ello enormemente, porque los beneficios son evidentes. Hoy veremos la importancia de la impresión 3D en medicina.

En especialidades de la medicina como la cirugía, el entrenamiento es clave, dado que un gran porcentaje de intervenciones no sólo pueden ser muy importantes práctica y estéticamente, sino que pueden alterar el buen funcionamiento de partes del organismo o incluso resultar mortales. Y claro, aunque siempre hay una primera vez no se puede comenzar la profesión sin herramientas adecuadas.

Las técnicas para practicar más allá de cadáveres humanos (limitado y con debate) puede ser hacerlo con animales o frutas, pero no es lo óptimo. Un aspecto importante de la cirujía son los tejidos, y obviamente todo lo que no sea humano o como poco animal puede tener problemas.

oreja 3D

Profundizando más, otro problema es la precisión de las formas a tocar. Por ello la impresión 3D en medicina es tan relevante: permite replicar la forma y la resistencia de tejidos tan especiales como el cartílago en una oreja malformada, escanearla e imprimir una similar a la del paciente. Lo mejor de todo es que con la impresión 3D se garantiza que el coste de producción es mínimo en comparación con las técnicas que se utilizan en producción médica tradicionalmente. Además, pese a contar con materiales como los que se usan en impresión dental, la experiencia es peor, por los que los cirujanos prefieren los nuevos modelos.

Esto es un sólo ejemplo de cómo la impresión 3D en medicina ayuda, porque las operaciones críticas con malformaciones en partes sensibles están muy extendidas, y cuánto más se invierta en ella, más posibilidades hay de mejorar, e incluso algún día, integrar la impresión con el cuerpo. De momento puede valer para entrenar, pero pronto puede ser tan bueno como un brazo biónico. La democratización será clave.