A nosotros, la humanidad, siempre nos ha atraído el futuro. No sólo en el sentido de cómo será la realidad a largo plazo, sino en cómo avanzará la humanidad. Existe una gran corriente que afirma actualmente que el progreso de la especia humana ha acabado, siguiendo la Teoría de la Evolución de Darwin y el concepto de la selección natural. Aunque en la sociedad también se dan caracteres que pueden marcar ventajas, ni mucho menos en el sentido clásico en la naturaleza. Uniendo evolución con robótica, llegamos a imaginar un futuro en el que existen cuerpos con implantes cerebrales electrónicos, como vimos en la serie Black Mirror.

En ese sentido, parece que se están dando los primeros pasos para potenciar el cerebro y sus capacidades de manera artificial, como se ve en la mencionada serie y originalmente en la primera película de la trilogía de Matrix. Por supuesto, aquí hablamos de una solución para problemas más comunes en el siglo XXI, y las prótesis sobre las que se investiga tienen que ver más con la formación (que la epilepsia dificulta) de la memoria a largo plazo, aunque no descartan que más adelante pueda valer para añadir inteligencia y habilidades al cerebro.

El hipocampo es la zona más dañada por los ataques epilépticos.
El hipocampo es la zona más dañada por los ataques epilépticos.

En la Universidad de Carolina del Sur, Theodore Berger está investigando con implantes cerebrales para remediar los efectos que los ataques epilépticos producen a la memoria a largo plazo. De momento los están actualizando para monitorizar y recabar la actividad eléctrica asociada a la memoria. Sin embargo, Berger y su equipo han desarrollado un algoritmo que podría predecir la actividad neuronal que piensan que se da cuando la memoria a corto plazo se convierte en largo plazo.

Dentro de poco tiempo, se usará el algoritmo para programar los electrodos que deberán predecir e imitar la actividad que ocurre cuando la memoria a largo plazo se forma, lo que esperan que repare la memoria a largo plazo de los pacientes con problemas. Según los casos vistos en animales, se podría incluso mejorar la memoria.

Lo más increíble de todo es que esto podría no sólo valer para recuperar memoria, sino para implantar habilidades y conocimiento en otro cerebros. Por una parte asustan como siempre sus posibles usos, pero por otra, las posibilidades son infinitas. Por ejemplo, con ratas han sido capaces de grabar los conocimientos de uno, para más tarde implantar la prótesis en otra que no había sido entrenada. El resultado fue que la segunda rata aprendió mucho más rápido a hacer las tareas para las que la primera sí estaba entrenada, lo que evidencia que algún tipo de retención existe.