Pensar en un coche autónomo supone imaginarnos coches llenos de sensores, de hardware para poder conducir solos, pero muchas veces nos olvidamos de los navegadores GPS. Aunque un coche autónomo se caracterice por los sensores LIDAR, los mapas que tiene que usar para trazar rutas deben ser muy avanzados y muchos fabricantes trabajan en esta línea. Seguro que ya tienes a Google Street View en tu cabeza: combina todo lo que le puedes pedir a un navegador GPS ¿verdad?
Todos los fabricantes con pretensiones de crear coches autónomos están desarrollando formas de tener los mapas más precisos como Toyota. Las carreteras ya están correctamente identificadas por lo que el punto importante a resolver es incluir los límites de velocidad, las señales de tráfico y mejorar la precisión del sistema.
Por ejemplo, Toyota está recorriendo las ciudades al más puro estilo Google para mapear las carreteras y tomar imágenes que serán enviadas a los centros de datos que tiene el fabricante para su reconstrucción y corrección. Cuando están verificados son enviados a los coches que hacen uso de ellos para que siempre tengan la última versión. Y la idea es genial.
Entre la información más útil que analizan en estas imágenes se encuentran las líneas divisorias de los carriles y bordillos, porque no quieres que tu coche autónomo se salga de la carretera y que golpeé con un bordillo. No vale solo con saber por donde hay que ir sino que hay que mantenerse correctamente en el carril, todo un reto para los desarrolladores.
El problema que se están encontrando los fabricantes es que este tipo de información rara vez se actualiza, algo que limita enormemente su utilidad. Además, el coste es muy elevado para poder tener una actualización periódica en todos los puntos por los que puede circular un coche autónomo, aún no es un problema, pero aseguran que en pocos años se convertirá en un reto muy complicado de abarcar. ¿Cómo solucionarlo?
En Toyota opinan que parte de este problema es que los coches que realizan este trabajo son muy costosos por lo que ellos están tomando otro camino y es usar coches normales con cámaras convencionales. Este sistema tiene más probabilidad de error pero afirman que lo compensan y lo mitigan con el trabajo informático que realizan sus expertos. El objetivo es poder poner en circulación a muchos coches que puedan ofrecer esta información y no depender de las pocas unidades que existen en la actualidad por su alto coste.
Si, es lo que piensas. El objetivo final de Toyota es que sus futuros coches equipen esta tecnología y no les supondrá mucho dinero porque casi todos los vehículos ya tienen cámaras frontales y traseras para los diferentes sistemas de frenado automático. Solo tendrían que enviar esta información constantemente a un centro de datos para que sus mapas estén muy actualizados. Y así todos los coches de Toyota harán el trabajo del coche de Google Street View.