Todos los seres humanos, de media, ingieren alrededor de tres litros de agua cada día —con pequeñas variaciones en función del sexo y la edad—, siendo el líquido que más ingieren a lo largo de su vida. Esta afirmación no debería ser una sorpresa. El agua es, sin lugar a dudas, el fluido más importante para la raza humana: las principales funciones vitales dependen de este líquido; y más del 50% del cuerpo está compuesto de agua.
La principal fuente de agua para los seres humanos es la del grifo
Con una dependencia tan alta, la calidad del agua que ingerimos influye debe ser valorada en detalle. La ingesta de agua de menor calidad puede derivar en enfermedades a largo plazo o en un peor funcionamiento de nuestros órganos, por lo que debemos prestar la máxima atención posible.
En la actualidad encontramos varias formas de acceder a este oro líquido, pero es el agua de grifo la más común y, a la vez, la más cuestionado. Por ello, diversos organismos como la OCU se encargan de evaluar de forma periódica la calidad del agua de grifo en las diferentes regiones de la península, revelando algunos detalles muy interesantes.
¿Cuáles son las ciudades con una mejor calidad de agua?
Según este informe desarrollado por la Organización de Consumidores y Usuarios, el agua de mayor calidad la podremos encontrar en Burgos, en San Sebastián y en Las Palmas.
- Burgos. Se trata de un agua con pocos minerales, unos niveles muy bajos de cal (agua blanda) y ningún tipo de contaminante.
- San Sebastián. Se trata de un agua con una mineralización muy ligera. Excelente en parámetros de higiene y contaminación.
- Las Palmas. A pesar de encontrarse en una isla —algo que, por inercia, nos llevaría a pensar en agua de baja calidad—, se encuentra en el top tres.
Las ciudades con peor calidad de agua
De las 62 muestras recogidas por este organismo, son siete las ciudades que destacan por una calidad de agua bastante baja:
- Lebanza. En esta localidad se encontraron indicaciones de contaminación fecal y reciente, además de cepas potencialmente patógenas. Una calidad muy deficiente.
- Ciudad Real. Se detectó un nivel de trihalometanos bastante alto (rozando el límite de 100mcg/l). Estas sustancias resultan de la combinación del cloro con la materia orgánica del agua durante su potabilización. Si se supera el límite, el agua deja de ser apta para el consumo humano.
- Palma de Mallorca. Se trata de un agua muy dura y muy mineralizada, lo que se traduce en un mal sabor. Se detectó 26mg/litro de nitratos, una cifra ligeramente superior a la recomendada por la Organización Mundial de la Salud. Esto, en el estómago de niños, puede causar serios problemas.
- Arándiga. Se encontró un numero muy elevado de microorganismos aeróbios y coliformes, lo que revela una mala higiene y la posible presencia de bacterias perjudiciales para la salud.
- Barcelona, Huelva y Logroño. Se encontró una presencia elevada de microorganismos aerobios. Esto revela una mala desinfección, al igual que en el caso de Arándiga.
¿Y el resto?
Por lo general, el agua de grifo en España es de buena calidad. En el resto de ciudades examinadas, todos los niveles se encontraban dentro de los límites recomendados por la OMS. Eso sí, existen casos concretos, como los citados anteriormente, en los que los correspondientes organismos reguladores deberían intervenir urgentemente para lograr una mejora inminente y, así, evitar posibles daños a la población en el futuro.