De un tiempo a esta parte, la necesidad de oxigenar ciudades y carreteras fomentando el uso de la bicicleta se ha ido contagiando entre países. Varios ya han ido sacando adelante proyectos en torno a una movilidad urbana donde el coche vaya dejando de ser protagonista de forma progresiva.
Lo vimos con las autopistas elevadas de Londres para bicicletas o los puentes para uso exclusivo ciclista de Países Bajos. La última lección al mundo la ha dado Alemania, que ya tiene en funcionamiento su autopista para bicicletas.
Inicialmente iba a tener una longitud de sesenta kilómetros, pero el proyecto ya ha sido ampliado para que alcance algo más de cien. De momento, el primer tramo, de cinco kilómetros, ya ha sido inaugurado. Su zona de impacto, que incluye diez ciudades del oeste alemán como Duisburg, Hamm o Bochum, tiene un alcance de más de dos millones de habitantes y cuatro universidades.
Frankfurt y Berlín también están estudiando alternativas similares para cuidar a su población ciclista y fomentarla. En cualquier caso, estas autopistas están pensadas para el uso de bicicletas eléctricas que ayuden al pedaleo en trayectos largos y especialmente en cuestas pronunciadas.