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FloridaStock | Svalbard

Dentro del círculo polar ártico, en el archipiélago de Svalbard, nadie apostaría por encontrar árboles propios únicamente del clima más cálido. Sin embargo, los investigadores aseguran haber encontrado todo un bosque tropical enterrado bajo el hielo. Tocones, restos de polen y diversas estructuras muestran un hecho insólito: las islas fueron una vez un frondoso bosque lleno de extraños árboles rodeados de una bruma pegajosa y caliente. ¿Cómo puede ser? La historia de este pequeño planeta tiene más sorpresas de las que cabría esperar.

Un bosque de hace 380 millones de años

Según los datos obtenidos, que se han deducido por el tipo de restos encontrados así como por el análisis del "polen" fosilizado, el bosque bajos los hielos de Svalbard podría tener nada menos que 380 millones de años. Esto lo lleva a la era devónica, antes de una de las grandes extinciones de la tierra (y que acabó con el 85% de las especies). El bosque de Svalbard está compuesto, según explican los investigadores, de una especie llamada Protolepidodendropsis pulchra, plantas lycopsidas muy antiguas. Las lycopsidas, a su vez, representan a algunas de las especies vegetales más antiguas que existen en la tierra. El bosque bajo Svalbard debió parecer, en algún momento, a un lugar lleno de extraños árboles, con hojas finas y carnosas, alargadas y puntiagudas. Probablemente casi todo lo que se encontraba en este bosque era así, con muy poca diversidad.

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Los árboles bajo Svalbard. Cardiff University.

Pero, la cuestión más obvia es: ¿cómo llega un bosque tropical al círculo polar ártico? Bueno, viajemos en el tiempo para descubrirlo. Hace unos 380 millones de años las primeras plantas con semilla eran las dominantes en un mundo unido en dos supercontinentes: Laurasia y Gondwana. Estos son los precursores de Pangea, el gran continente que se convertiría en la superficie que hoy conocemos. En aquel entonces, la temperatura era mucho más cálida y tropical, con una atmósfera "recientemente" enriquecida en oxígeno. El terreno que muchos millones de años después se convertiría en Svalbard era parte de Laurasia y, por supuesto, contaba con su propio bosque de lycopsidos sobre la superficie.

Svalbard, la importancia de un bosque congelado

Con el tiempo, el bosque quedó enterrado y terminó por fosilizar. Mientras tanto, los continentes prosiguieron su lento devenir en la tectónica de placas. Finalmente, el bosque congelado de Svalbard terminó donde está en estos momentos, dentro del círculo polar. La siguiente pregunta, por tanto, es ¿qué nos cuenta este bosque? ¿Qué importancia tiene? Bueno, esta respuesta no es tan sencilla. Pero simplificando mucho, podemos decir que la historia que cuenta este bosque nos permite entender mejor cómo surgió la vida. Por ejemplo, sabemos que unos veinte millones de años después de la media datada en este bosque, probablemente entre sus ramas aparecieron los primeros anfibios. Y aparecieron, precisamente, por el aumento de oxígeno al que contribuían estos lycopsidos.

Sabemos que unos veinte millones de años después, probablemente entre sus ramas aparecieron los primeros anfibiosPero podemos aventurarnos más allá. Según explican los investigadores, este bosque representa un tercer tipo de bosque transicional, aparte de los pequeños bosques parecidos a los helechos arborescentes y a los probables ancestros de las coníferas actuales. Es decir, el bosque bajo el hielo de Svalbard es una imagen muda, fosilizada, de como las plantas se elevaban conquistando la tierra a su alrededor, evolucionando. Como decíamos, probablemente este denso bosque tenía una biodiversidad bastante pobre.

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Concepción artística de un Dunkleosteus. Frasniano | Geofrik

¿Y qué hay de los animales? Bien, como también hemos dicho, los primeros anfibios comenzaron a salir del agua unos cuantos millones de años después. Aunque la mayoría de animales complejos todavía se encontraban bajo el agua. Así que, si pudiéramos pasear entre los árboles del devónico con casi total seguridad solo encontraríamos plantas. Y, bueno, algunos artrópodos. Aunque no existe un gran número de restos, los ancestros de los insectos podrían haber salido del agua unos cuantos millones de años antes. Así que probablemente, en entre las ramas del bosque de Svalbard encontraríamos pseudoescorpiones, escorpiones, ácaros grandes y, por qué no, algún insecto con alas. Por ahora la cuestión es seguir trabajando en descubrir más detalles sobre este bosque: ¿cómo funcionaba su ecología? ¿Y sus habitantes vegetales? Todo esto solo tiene un importante objetivo, conocer más sobre el misterioso origen de la vida.

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