El riesgo de que una serie de televisión exitosa pierda el rumbo es alto si sus responsables, el creador, los guionistas y directores, no tienen dos dedos de frente, abandonan su misma premisa y estilo y se dejan llevar por ideas descabelladas, ya sea por exceso de inventiva o de celo en agradar a la audiencia. Por eso *celebro que una serie como The Leftovers*, no sólo continúe siendo fiel a sí misma en su segunda temporada, sino también que haya logrado ahondar todavía más en su propia singularidad.
2x01: Conociendo a los Murphy
La larga secuencia inicial de “Axis Mundi” y, por tanto, de esta temporada, que sigue a los nuevos y elocuentes títulos, es de una enorme osadía, si bien aún desconocemos si sirve como metáfora extemporánea o lo que en ella ocurre será decisivo para los acontecimientos posteriores en la pequeña localidad de Jarden, más conocida como Miracle**. Se trata de un lugar tan ficticio como la neoyorkina Mapleton de la primera temporada, pero mucho más extravagante e igual de hostil: es el único al que no afectó el evento conocido como la Ascensión, que hizo desaparecer al 2% de la población mundial; y ese es el motivo de que gentes venidas de todas partes acudan en busca, simple y llanamente, de esperanza, así como de que no pocos de sus habitantes se aprovechen de ello.
El episodio, que termina produciendo la misma estupefacción con la que lo comenzamos, se centra en la familia Murphy y, más concretamente, en el personaje del ambivalente y peligroso John (Kevin Carroll), papá y marido entregado con pasado sombrío y un comportamiento impredecible. La hábil forma en que está retratado nos hace pasar de la simpatía a una inquietud tan rotunda que, a partir del momento en que se nos revela su oscuridad, ya no podemos verle más que con desasosiego; y los guionistas, con una sonrisa de medio lado, no es que hagan mucho por impedirlo.
2x02: El camino a la población milagrosa
En “A Matter of Geography” volvemos por poco tiempo a Mapleton y a la familia que Kevin Garvey (Justin Theroux) y Nora Durst (Carrie Coon) parecen haber formado como quien arregla un coche del desguace cogiendo una pieza de aquí y otra de allá.Patti Levin (Ann Dowd) acecha con su bocota insolente y dice las verdades que nadie quiere oír, como un Pepito Grillo perverso y fastidioso
Y presenciamos el proceso psicológico que les conduce hasta Miracle, del todo verosímil, y a conocer a los Murphy; y Kevin, con la turbadora, intermitente y suculenta presencia de Patti Levin (Ann Dowd), que le acecha con su bocota insolente y que dice las verdades que él no quiere oír, como un Pepito Grillo perverso y fastidioso. Y sobre ella, como dos episodios más adelante, hay una sutil revelación relacionada con su misma entidad.
Se juega a la narración alterna y superpuesta con este capítulo y el anterior, de manera que los espectadores vayan juntando las piezas del hilo de los acontecimientos según las vivencias de cada personaje o grupo de personajes. Y concluye aumentando el estupor del final del primero, cosa que parecía difícil.
2x03: La hartura de Laurie Garvey
“Off Ramp” es el mejor episodio hasta el momento, rivalizando quizá con el quinto, y se concentra en la situación de Laurie Garvey (Amy Brenneman), que abandonó la secta de los Culpables Remanentes liderada por Patti en Mapleton y ahora lucha contra ella lo mejor y lo peor que puede. Su estado anímico no es mejor que en la primera Matt Jamison es el perdido John Locke de 'The Leftovers', trágico hombre de fe, y Miracle, la codiciada isla milagrosa
temporada y, aunque se la ve mucho más enérgica, lo que le ocurre es que hace algo más que flirtear muy arriesgadamente con el descontrol. Además, al ser ella la protagonista de este tercer capítulo, se nos antoja que los guionistas juegan a encadenar el foco de atención en cada uno de ellos.
La narración se realiza a base de varias secuencias musicales intercaladas que casi nos empujan a presenciar lo que acontece en un estado cercano a la hipnosis, a lo que ayuda sobremanera el ambiente enrarecido, casi surrealista, que han bordado para el episodio. Lo que es toda una victoria, porque su objetivo es hacer que los espectadores vean el mundo en el que se mueve Laurie con la misma sensación de exasperante irrealidad que ella.
2x04: Las tribulaciones de un tipo desconcertado
De nuevo en Miracle, “Orange Sticker” empieza con una demostración de que los guionistas conocen bien a sus personajes y respetan su forma de ser: Nora reacciona del modo que debe ante lo que encuentra al despertar en mitad de la noche. Y casi acaba donde comenzó, lo que hace gratamente circular a este episodio. Pero lo más interesante del mismo es la progresiva toma de conciencia de Kevin respecto a que no es posible escapar de los propios demonios con una simple mudanza, intentando comenzar de nuevo en un sitio diferente, sobre todo si el supuesto oasis de paz y seguridad que se espera no es tal por varias razones y uno ya se sabe en peligro indiscutible.
Y, para mayor desconcierto de Kevin, su gran amiga Patti aporta su habitual grano de arena en una de sus mejores ocasiones hasta el momento, dando rienda suelta a esa lengua, no se sabe si viperina ya, pero seguro que de lo más lúcida y acertada. Ahora resulta de lo más paradójico que no pudiese decir ni mu cuando encabezaba la secta de los Culpables Remanentes; y lo que nos habríamos perdido si hubiese seguido así.
2x05: Nuevas desventuras de un hombre de fe
“No Room at the Inn”, por último, dedica su atención al reverendo Matt Jamison, un inspirado Christopher Eccleston, personaje que llegó Miracle antes que los Garvey y compañía y que es la razón por la que estos pueden residir allí. El capítulo ahonda en el secreto que le contó a su hermana Nora en el precedente, lo que sirve para encadenar la narración de nuevo, y como en “Two Boats and a Helicopter”, tercer episodio de la primera temporada, nos muestra las vicisitudes de este hombre básicamente bueno, que quiere ver señales de su particular providencia en lo que se le viene encima, y lo hace con buen pulso y provocando cierta ansiedad en el espectador por la impotencia que experimenta Jamison. Además, se agradece que por su peripecia nos permitan conocer el campamento de las afueras de Miracle y su exótica fauna humana.
De hecho, es él quien me ha hecho comprender que *los vínculos de esta serie con Lost*, por la mano de Damon Lindelof, no se encuentran únicamente en el estilo narrativo de pistas esporádicas y en el interés dramático por las desventuras de unos personajes enfrentados a hechos insólitos, sino también en sus propios elementos de acción: los protagonistas están tan rotos como los que viajaban en el malogrado vuelo 815 de Oceanic* y, al menos en esta temporada, Matt Jamison es el John Locke de The Leftovers*, trágico hombre de fe, y Miracle, la codiciada isla milagrosa. Veremos si en los próximos cinco episodios que nos esperan se acentúan estos vínculos o la segunda temporada discurre por derroteros diferentes. En cualquier caso, será un placer descubrirlo.