La palabra quimioterapia produce auténtico terror en muchas personas. Es un término que se asocia automáticamente al cáncer y a unos efectos secundarios notables. Pero aunque tengamos costumbre de identificar el término con algunas de sus consecuencias, quimioterapia es algo mucho más amplio y no siempre relacionado con los tumores. Es importante conocer mejor esta palabra por la sencilla razón de estar informados, conocer los riesgos según el caso y perderle el miedo a los tratamientos.
1. ¿Qué es la quimioterapia?
2. La quimioterapia del cáncer
3. ¿Cómo funciona la quimio?
4. Algunos mitos y creencias
5. Peligros de la quimioterapia
¿Qué es la quimioterapia?
Por ello, comencemos con el principio. La quimioterapia es la manera que tenemos de llamar a cualquier tratamiento de una enfermedad que utiliza un agente químico. Aunque también se utiliza con el cáncer, tratar una infección cualquiera con un antibiótico, por ejemplo, es también quimioterapia. También se llama quimioterapia a diversos tratamientos contra enfermedades autoinmunes. En definitiva, como decíamos, cualquier tratamiento de una dolencia con agentes químicos. Por tanto, cuando el médico hable de quimioterapia, no siempre tiene por qué estar hablando de un tratamiento anticancerígeno. Es bueno perderle el miedo al término.
La quimioterapia es la manera de llamar a cualquier tratamiento de una enfermedad que utiliza un agente químico
El mecanismo de acción es bastante variado. Básicamente consiste en hacer que una sustancia luche contra una diana terapéutica. Esta es la base de cualquier fármaco, por supuesto. La sustancia, entonces, actúa sobre una molécula o un mecanismo de manera que mata al microorganismos, reduce un efecto fisiológico o incentiva algún proceso metabólico concreto. Esto, como resultado, mitiga la enfermedad que estamos sufriendo. Y hasta aquí las generalidades.
La quimioterapia del cáncer
Ahora, incluso en el mundo médico se extiende mucho el uso de la palabra quimioterapia o quimio para hablar de la quimioterapia antineoplásica, que es aquella que usamos contra el cáncer. Antes de comenzar, hemos de conocer un poco mejor el cáncer. En realidad esta enfermedad es un conjunto de problemas que se producen en nuestro cuerpo como consecuencia de unas células que no funcionan bien. En un momento dado, una célula deja de realizar su función, consume recursos y produce desechos sin realizar su trabajo. En ese momento la célula tiene una orden en sus genes que le indica que es hora de suicidarse.
Pero si esa instrucción también está estropeada, comienza a dividirse, creando copias de sí misma que funcionan mal, comiendo cada vez más, expulsando más y más deshechos y ocupando un espacio que no les corresponde. Entonces es cuando tenemos un tumor. A esto lo llamamos neoplasia, un crecimiento anormal de un tejido en el cuerpo. Estos tejidos de crecimiento aberrante tienen unas características muy concretas. Por eso, estos fármacos antineoplásicos, los que emplea la quimio contra el cáncer, apuntan a estas características para destruir las células tumorales que crecen descontroladas.
¿Cómo funciona la quimio?
La quimioterapia clásica contra el cáncer usa agentes citotóxicos, es decir, fármacos especializados en matar células. Y mata las células que se están dividiendo. Como decíamos, una célula en división tiene unas características especiales. Estos fármacos actúan sobre ellas, matándolas. Nuestro cuerpo tiene una división controlada; pero los tumores no. Así que estos fármacos actúan sobre las células del tumor que no paran de dividirse, acabando con ellas. Pero también afectan al resto del cuerpo.
La quimioterapia ataca a cualquier célula que se esté dividiendo, sana o tumoral
Cualquier célula que no se esté dividiendo está a salvo. Pero existen algunos órganos y tejidos que necesitan estar en constante crecimiento. Entre ellos la médula ósea, los folículos pilosos y el tejido epitelial del intestino, entre otros. Sí, la quimio contra el cáncer también mata las células que están creciendo y son sanas. Esta es la razón por la cual tras una sesión de quimioterapia el paciente se siente tan débil y tiene problemas de estómago, grosso modo. También es la razón por la que las defensas bajan y hay que ayudar al organismo con inmuno-intensificadores. Además, también es la razón por la que se cae el pelo, cuyos folículos mueren en el tratamiento.
Por supuesto, no se puede hacer un tratamiento agresivo de golpe, pues se podría crear una grave intoxicación en el paciente. Al fin y al cabo, la quimioterapia (esta y cualquier otra) no es otra cosa que "envenenar" de forma controlada para tratar una enfermedad. Por otro lado, hace ya años que existen terapias dirigidas. Estas aprovechan nuestro conocimiento cada vez mayor sobre los entresijos del cáncer para atacar directamente a algunas dianas concretas. De esta manera no afectamos (o lo hacemos en la menor manera posible) a las células sanas. Esto se debe a que cada vez descubrimos más anomalías en las células que producen un tumor, pudiendo explotar estas diferencias.
Algunos mitos y creencias
Existe un número bastante amplio de creencias que hacen referencia a la quimioterapia. La gran mayoría de ellas son negativas y fruto de la desagradable experiencia a la que se asocian. Vamos a contaros algunas de ellas.
* La quimioterapia no causa dolor. No. La administración, como os hemos dicho, no causa dolor alguno. Es un fármaco más. Lo que sí puede causar, por las razones que os explicábamos, es malestar y otras consecuencias fisiológicas que podrían llegar a traducirse en dolor. Pero la terapia en sí no lo produce.
* Sí, se puede llevar maquillaje durante la quimioterapia. No se de donde viene este extraño mito, pero lo he escuchado un par de veces. El hecho de llevar maquillaje durante la quimioterapia no supone ningún efecto nocivo para el tratamiento ni la persona en sí. Es más, debido a algunos efectos adversos, como la caída del cabello, tal vez tenga un efecto mucho más positivo que negativo.
* No hace falta reducir el contacto con las personas de nuestro alrededor. Sin embargo, este otro mito tiene parte de razón. Si nuestras defensas están bajas, hay que revisar especialmente el contacto con gente enferma para evitar complicaciones causadas por otras enfermedades.
* No se pierde el cabello por completo. Al menos no siempre. Esto depende de como reaccione nuestro cuerpo. Es más, también depende del tipo de tratamiento y su efecto. En general se pueden perder desde solo algunos mechones a todo el cabello o incluso el vello de todo el cuerpo.
* La quimio podría no afectar a los bebés. Este resultado es fruto de un nuevo estudio en el cual se muestra que la quimioterapia podría no afectar a los bebes de las mamás embarazadas. Según parece, el tratamiento no alcanza al feto en división y este se desarrolla naturalmente. Aunque con un peso menor, parece indicar el estudio. Es un tema crucial y muy delicado pues existen muy pocos datos al respecto. Con él se abrirán nuevas puertas a los tratamientos de madres que sufren de cáncer.
Peligros de la quimioterapia
Como ya hemos dicho, hay que tener una cosa clara: la quimioterapia es emplear una sustancia para matar células u organismos vivos. Un veneno. Controlado, eso sí. Por eso nunca hay que abusar de ella ni usarla con irresponsabilidad. Las consecuencias pueden ser nefastas. No hablamos tanto de la quimio, la cual es administrada única y exclusivamente en el ámbito médico, sino de los antibióticos. ¿Cuales son las consecuencias de malversar la quimioterapia con la automedicación?
* Crear resistencias: los microorganismos se reproducen y evolucionan a un ritmo increíble. Impensable. Son máquinas de auténtica supervivencia, sencillas y eficientes. No por nada son la base de toda la vida "evolucionada" que conocemos. Por ello mismo, exponer una bacteria a un fármaco incrementa las posibilidades de que esta evolucione y adquiera una resistencia. Esta resistencia ante el "veneno" puede ser transmitida a otras bacterias (incluso de otras especies), convirtiendo a las cepas en un organismo infeccioso muy peligroso. Si no lo creéis deberíais echar un vistazo a lo que os explicamos sobre los últimos antibióticos de la tierra.
* Destrozar tu sistema: no por nada, alejándonos de cuestiones pseudocientíficas y huyendo de la cultura tan de moda por lo natural, a la quimioterapia le debemos gran parte de la calidad de vida de la que hoy disfrutamos. Pero también hay que ser conscientes de que eliminar un fármaco de nuestro organismo tiene unas consecuencias: nuestro hígado, el principal encargado de enfrentarse a sustancias ajenas al cuerpo, trata de reunir el fármaco, lo neutraliza y lo une a otras sustancias que permitan deshacerse de él. Pero si nos pasamos de tuerca, el hígado puede verse resentido. El tejido, finalmente, se verá sobrepasado por la carga y comenzará a deteriorarse. Finalmente, esto podría provocar una hepatitis irreversible. Por eso es imprescindible tomar los antibióticos siguiendo estrictamente las indicaciones médicas y nunca combinándolos con alcohol u otras sustancias que harán sufrir a nuestro hígado.
Por supuesto, la quimioterapia antitumoral tiene una serie de efectos secundarios. Los fármacos utilizados en este caso son mucho más potentes que los antibióticos que podemos conseguir en la farmacia con una receta normal. Pero estos efectos secundarios, aparte de los comentados antes, dependen mucho del tratamiento y de la fisiología de cada uno. En cualquier caso, y aunque esté muy manido, en caso de duda lo mejor es preguntar a nuestro médico. Pues cada cuerpo es un mundo muy complejo y nadie reacciona igual ante la quimioterapia, sea del tipo que sea.