Las pantallas con tecnología OLED y sus derivados, que en Samsung encontramos mejorados en forma de SuperAMOLED, que supone añadir ciertas modificaciones, acaban de nacer, si las comparamos con tecnologías muy maduras como el IPS y sus antecesores, que comenzaron su desarrollo a finales de la década de los años 80. Una, IPS, ya ha mostrado que sus carencias son prácticamente irresolubles (no puede existir el negro puro), y la otra, por su parte, aunque todavía no es perfecta, ha mostrado cómo, desde 2010, no ha cesado de mejorar exponencialmente. Sólo hay que comparar la pantalla de un Galaxy S con un Galaxy S6.

El uso de AMOLED es una de las grandes claves de los Samsung Galaxy.

Uno de los problemas inherentes al OLED, que viene producido por el significado de la "O", orgánico, es que la durabilidad de las pantallas es menor que en paneles tradicionales. Esto se explica, sobre todo, por la histórica debilidad del píxel azul, que tiende a sufrir quemados antes. También es problemático alcanzar densidades superiores a 300 píxeles por pulgada con matriz RGB en vez de matriz PenTile, que es el motivo por el cual se sigue usando en los terminales de gama alta.

PCOLED 2

Y aquí es donde entra el **PCOLED (Plasmon-Coupled Organic Light Emitting Diode), porque según el Industrial Technology Research de Taiwan, esta nueva tecnología que toma de base el OLED podría aumentar 27 veces la vida de una pantalla. ¿Cómo prometen hacerlo? Sustituyendo el RGB tradicional con un RGG (rojo, y dos verdes con una estructura de doble metal en uno de ellos). Combinados, y pese a eliminar el subpíxel azul, se consigue emitir ese mismo color para lograr finalmente luz blanca, que es donde más sufre. En en OLED tradicional, para emitir blanco se utiliza el azul, y aquí, aprovechando la estructura de metal doble, se consiguen generar más plasmones y cambiar el verde hacia el azul.

Así, el verde queda, tras el rojo, como el subpíxel más débil, lo que consigue finalmente aumentar la vida en 27 veces, que es la diferencia de durabilidad en ambos colores del subpíxel. Al parecer, el descubrimiento se dio por accidente, y desde entonces el Industrial Technology Research ha comenzado a producir paneles de prueba. Por ello, aún quedan años para ver esto en el mercado. Pero no hay duda de que OLED y sus sucedáneos son el futuro de las pantallas**.