Cuando supe del nuevo estreno de Netflix, la creación de Aziz Ansari y Alan Yang, lo primero que leí sobre Master of None fue que era una comedia protagonizada por uno de los actores de la divertidísima Parks and Recreation. No hay nada erróneo en dicha afirmación pero es cierto que el nuevo proyecto del actor, escritor y director indio tiene poco o nada que ver con la serie de la NBC.

Master of None es una dramedia sobre los millennial

Si hubiera que buscar comparaciones, lo más sencillo para contextualizar y saber por dónde van los tiros, creo que Girls, Broad City e incluso Bojack Horseman son ejemplos válidos. Pero sobre todo, el Louie de Louis C.K: Master of None es, ante todo, una serie de fuerte valor introspectivo sobre Dev y su generación; se sigue a un actor indio en la treintena, viviendo en Nueva York en la época de YouTube, WhatsApp y Tinder.

Así pues, ese enfoque propio de un millennial acomodado y confundido por todo lo que nos rodea hoy en día es el principal atractivo y punto diferenciador de una producción que centra cada uno de sus capítulos en un tema o suceso específico: desde los estereotipos a la hora de representar la comunidad india en televisión hasta la paternidad en la treintena o las primeras citas.

YouTube video

En mi caso, valoro sobremanera que una comedia (dramedia, en según qué capítulos) como esta sea capaz de dejar algo de poso tras cada capítulo; no es difícil que Master of None nos haga pensar que sabemos menos de lo que deberíamos de nuestros padres (como dato curioso, los del personaje de Ansari son los padres reales del actor) que quizá no gestionamos nuestras relaciones de la mejor forma posible. Lo bueno aquí es que Ansari y Yang, no se empeñan en criticar o juzgar, no sientan cátedra, si no que realizan un excepcional trabajo a la hora de reflejar la generación de los millennial y todo aquello que les envuelve. Que en un capítulo alaben el trabajo de Benedict Cumberbatch en Sherlock es solo otro plus añadido.

El proyecto tiene ciertas zonas grises como un nivel actoral un tanto mejorable (Noël Wells es la que sale mejor parada, de largo) o unos primeros capítulos en los que todo se nota más encorsetado, menos natural y orgánico. Poco a poco, igual que ocurre cuando se comparan temporadas diferentes de una misma serie, la evolución y el crecimiento de Master of None y, sobre todo, de Aziz Ansari es patente tras cada capítulo. Tras terminar algo decepcionado con un primer capítulo un tanto tibio (aunque derrochando la visión ácida que caracteriza a la serie), he terminado enamorado de un proyecto que no es perfecto, no enamorará a las masas pero es, posiblemente, una de las mejores representaciones de nuestra generación que se puede ver en la televisión. Y una ejemplar comedia de autor.

Recibe cada mañana nuestra newsletter. Una guía para entender lo que importa en relación con la tecnología, la ciencia y la cultura digital.

Procesando...
¡Listo! Ya estás suscrito

También en Hipertextual: