El iMac 5K de 27 pulgadas se pone a punto con una renovación silenciosa de su hardware pero por todo lo alto en sus periféricos. Sigue siendo más o menos el mismo equipo que hace unos meses, pero las mejoras introducidas y los cambios en el hardware auguran una duración más larga del mejor sobremesa que tiene Apple en su catálogo.Después de un tiempo de sequía en novedades de sobremesa de Apple, tras la presentación del primer iMac 5K, que ya analizamos, la compañía se ha puesto las pilas y ha aumentado el ciclo de renovación -aunque mínima a nivel de componentes- para ponerse al día y mantener a su sobremesa más vendido en la cresta de la ola. Y es que como ya mencionamos, la llegada de la pantalla Retina a los portátiles haría que, tarde o temprano, se extendiese a la enorme pantalla de 27 pulgadas del sobremesa y, por extensión, a la la versión más pequeña de la casa.
Hemos llegado al punto en el que, aún con reticencias respecto al modelo de 21,5 pulgadas, ahora mismo es imposible comprar directamente a Apple un iMac de 27 pulgadas que no incluya una pantalla Retina. Por ello, y sin cambio generacional -y por tanto de diseño- a la vista, los cambios pequeños pero incrementales era lo que esperábamos para el ordenador más grande -en tamaño y casi en potencia- de Apple.
Ahora, con el nuevo refresh del iMac de 27 pulgadas que tenemos entre manos y que sigue siendo, en esencia, el mismo que analizamos hace unos meses, uno se replantea la necesidad de mantener los cliclos de renovación de este tipo de equipos, que está muy lejos del que era antaño.
En este caso, el principal atractivo que ha llegado con el iMac de 27 pulgadas -y con todos los sobremesas de la compañía- es el nuevo set de accesorios: teclado, ratón, y trackpad que cambian muchas de sus características únicas, pero que mantienen la experiencia de uso a través de un nuevo diseño, mejor construcción y, en la misma medida, algún que otro pero, impensable que hayan salido del mismo laboratorio de ideas que el espectacular iPad Pro.
No parece lógico, entonces, que los motivos para renovar nuestro equipo de sobremesa vengan determinados por los periféricos que le acompañan, más sabiendo que existe la posibilidad de comprarlo por separado, siendo totalmentente compatibles con cualquier otro dispositivo de Apple. Entonces, ¿las mejoras introducidas en el procesador suponen un salto cualitativo? En realidad, y a modo de resumen, el nuevo iMac de 27 pulgadas sigue siendo el mismo que de hace unos meses, al menos para las tareas más comunes, incluyendo algunas más especiales del usuario doméstico más avanzado; por lo que sigue siendo uno de los mejores equipos disponible en el mercado dentro de su categoría y segmento de precio.
El primer punto determinante que se viene a la mente, ya en las primeras horas de uso, es la continua insistencia de la compañía en seguir montando HDD tradicional en detrimento del SSD, que sigue siendo opcional -y caro-. Y créanme, es una pena que un equipo de este nivel lastre la experiencia de usuario en las primeras horas mientras empieza a indexar nuestros archivos arrastrando la velocidad general de sistema. No estoy pidiendo un SSD de la misma capacidad, pero si que sería acertado permitir al usuario incluir un SSD de forma gratuita a cambio de que el equipo incluya menos capacidad salido de la caja.
En 2015 es una pena que un disco duro, por mucho que sea Fusion Drive, rompa la experiencia de usuario y sea el cuello de botella de un equipo en el que la mayoría de componentes están por encima de la media. Hace años que llevamos con el tema de los discos duros y cuello de botella, y quizás, para un buen número de usuarios, la velocidad y la agilidad general del sistema sea más determinante que incluir grandes capacidades de almacenamiento, puesto que seguir en este camino supone que al final se convierte al equipo en un monstruo muy potente pero terriblemente lento, sobre todo para tareas que requiere constante acceso al disco.
No voy a comentar aspectos de su pantalla que no hayamos comentado ya: las 5K en 27 pulgadas son gloriosas. La pantalla es el principal reclamo del iMac 5K, por lo que el empeño puesto por Apple en este apartado es sobresaliente. La resolución en su nivel más alto deja en ridículo a la mayoría de pantallas dentro del rango de precios. Sigue manteniendo la diagonal de 27 pulgadas y resolución, que abarca los 5.120 x 2.880 pixeles y a la que puede sumarse una pantalla externa de hasta 3.840 x 2.160 pixeles, y desde luego el impacto es mayor que el de los 8.3 millones de pixeles que acaba de estrenar el pequeño iMac 4K.
Y es que por lo general, sigue siendo la misma máquina: es rápida, el diseño es uno de los más bonitos que hemos visto en un todo-en-uno sobremesa, y la construcción y materiales superan con creces a todas y cada una de las alternativas de sus competidores en el mercado. Es un equipo sólido, en el que el único fallo que encuentro con impacto directo para el usuario medio es el ya mencionado disco duro mecánico.
Otro de los puntos que a mejorado el nuevo iMac 5K de 27 pulgadas es el apartado gráfico. Ahora de base monta una AMD Radeon R9 M380 con 2 GB de memoria GDDR5, más o menos como la del modelo anterior, pero con mejor comportamiento en según que situación. Lógicamente OS X, Metal inclusive, está todavía lejos para jugar, pero puede ser un punto de inflexión para los que jueguen a través de Bootcamp, eso sí, nunca lo harán a resolución nativa puesto que es una resolución demasiado salvaje para además mostrar gráficos en calidad ultra o similar a ese nivel. Pero por lo demás sigue intacto, algo más de velocidad en la frecuencia de la RAM, un salto -mínimo- de procesador y las mejoras en la gráfica.
Nuevo Magic Mouse, Trackpad y Wireless Keyboard
Entonces, ¿cuál es el punto diferenciador de este nuevo iMac 5K de 27 pulgadas? Siendo idéntico en el impacto directo para el usuario, comparado con el modelo de junio en términos de máquina y rendimiento, uno de los atractivos más interesante que incorporan los nuevos sobremesas de Apple es el nuevo conjunto de periféricos: Apple Wireless Keyboard 2, Magic Trackpad 2 y Magic Mouse 2.
Los tres periféricos principales se han renovado para adaptarse a la nueva Apple en la que las pilas han dejado de ser un problema. Los tres dispositivos llegan ahora con batería recargable no extraíble y no manipulable por el usuario. Esto es tan bueno como malo, y aunque haya gente que buscará sistemas que permitan cambiar la batería del dispositivo para así alargar la vida útil, lo cierto es que es un acierto olvidarnos definitivamente de las pilas recargables para los periféricos de Apple.
Esta ventaja viene acompañada de una desventaja: el sistema utiliza el cable Lightning de Apple para todo, por lo que habrá usuarios que hubieran preferido un estándar más típico de periféricos como USB. Aun así, no deja de ser paradójico que Apple quiera homogeneizar todos sus puertos entorno al Lightning, pero a la vez resulta que el puerto -único y por defecto- del nuevo MacBook sea USB-C.
De los tres, el teclado y el nuevo trackpad son los que más me han sorprendido. El primero es mucho más estilizado, más bajo y más plano, pero la sensación general es que es mucho más sólido que el modo anterior, aunque también he notado que el nuevo mecanismo de las teclas es mucho más ruidoso, pero una vez superada la fase de adaptación a la nueva altura de las teclas, es una delicia escribir en el nuevo teclado.
En en el caso del Magic Trackpad 2, es el verdadero ganador de esta nueva puesta a punto de la línea de periféricos de Apple. Es la evolución del modelo anterior que también llegaba al mercado para llevar el trackpad de forma masiva al escritorio. Sigue siendo de cristal, pero ahora el diseño es mucho más cuidado y está disponible en el mismo blanco que el teclado y el ratón.
Lo más interesante es que incluye Force Touch, como no podía ser de otra manera, y aunque sobre el papel pueda parecer que es más preciso, lo cierto es que para algunas tareas como la selección de texto o editores de código sigue siendo errático y poco preciso -aunque esto también depende de las manos que estén sobre el trackpad-. Ahora es mucho más grande, algo que se agradece en un momento en el que los píxeles de la pantalla crecen más que su diagonal y a grandes resoluciones los movimientos requieren más espacio si se mantiene la sensibilidad.
Es un gran producto, pero su precio actual puede suponer una barrera de entrada para mucho usuarios; no es que no valga su precio, pero quizá un nivel mucho más competitivo hubiera estado interesante para un producto que, pese a ser de gran nivel, no tiene (todavía) la precisión y la versatilidad de un ratón, gestos multitouch incluidos. Sin embargo el Magic Mouse 2 es el que menos se beneficia de cambios: sigue siendo el mismo ratón, pero mucho más ligero y ahora incluye una batería como los otros dos periféricos. No hay nuevo cambios y tampoco nuevos gestos multi touch que justifiquen el cambio si ya tienes el modelo anterior.
Eso sí, si te quedas sin batería en el Magic Mouse 2 tendrás que pararte a cargarlo, puesto que el puerto de carga está en la parte inferior. No es ningún drama, en tanto con apenas 5 minutos el ratón ha aguantado perfectamente una jornada de trabajo sin mostrar síndrome alguno de fatiga, por lo que, aunque hubiera sido interesante incluir el puerto de carga en la parte frontal y poder usarlo a la vez que se carga, no es el mayor error que hemos visto en esto del diseño de ratones y teclados.
Fotografía: Ariana Escobar
Conclusión
Apple ha aumentado el ciclo de renovación del iMac con pequeñas mejoras en su modelo de 27 que lo convierten en ideal para todos aquellos que estén buscando un sobremesa todo-en-uno con lo mejor del mercado. Sobre el papel, una puesta a punto muy discreta que solo se diferencia con el modelo de junio en números brutos, pero no en experiencia de usuario, algo que puede ser determinante para todos aquellos que estén pensando en renovar máquina.
La persistencia de Apple de mantener el HDD, por mucho Fusion Drive que sea, lastra la experiencia de un equipo que en todo lo demás es redondo, tiene la mejor pantalla del mercado en su segmento de negocio y se complementa con una renovación de la línea de periféricos que suponen un paso adelante respecto a la gama anterior.
En definitiva, una compra redonda pero que no representa el salto entre renovaciones y que desde luego no supone una mejora cualitativa para el usuario medio respecto al modelo que llegaba al mercado tras la WWDC.
Pros
- Sigue siendo imbatible en su categoría.
- Es la mejor pantalla que hemos visto en un Mac de sobremesa.
- Los nuevos periféricos suponen un salto cualitativo enorme.
- Con OS X El Capitan gana mucha agilidad el tratamiento de ventanas en una pantalla tan grande.
Contras
- El disco duro mecánico por defecto lastra la experiencia, aunque sea Fusion Drive.
- Sigue siendo un problema no poder utilizar la pantalla con dispositivos externos.
- El gap entre componentes y precios es excesivamente elevado para 2015.