El cuarto episodio de esta segunda temporada se llama Fear and Trembling y, al igual que en los anteriores, no es casualidad. Parece tratarse de un guiño a la obra de ese mismo nombre del filósofo existencialista Søren Kierkegaard que, a través de la historia religiosa de Abraham y el sacrificio de su hijo Isaac, clasifica a dos tipos de personas: los que viven de la esperanza y, por lo tanto, que esperan encontrar la felicidad fuera de ellos mismos, y los que viven de sus recuerdos, que tratan de ser felices con lo que tienen. Esta idea de 'fuera' y 'dentro' es la protagonista del capítulo, y es que queda patente que la visión de un hecho es bien distinta cuando la observas desde dentro a cuando te la cuentan desde fuera. Uno puede pensar que está a salvo después de haber asesinado a un hijo de una familia mafiosa, pero la realidad es que no.

Aunque los creadores de la serie están haciendo un trabajo estupendo a la hora de equilibrar la carga dramática y la tensión de los diferentes personajes, no hay duda de que todo gira en torno al matrimonio Blomquist. La primera escena en la que les vemos es haciendo el amor, que se interpreta como ese desahogo de haber resuelto el asunto del asesinato de Rye Gerhardt. Sin embargo, una conversación posterior sobre ese curso al que Peggy quiere ir para 'sacar el máximo potencial de ella misma' y que cuesta 500 dólares (acabamos sabiendo que Peggy cobra 600 dólares al mes en la peluquería, así que es un precio bastante alto) les cuesta una discusión posterior. Ed le dice que es mejor que no vaya a ese curso porque es mucho dinero y les hace falta para comprar la carnicería.El egoísmo será un detonante clave en el final de la trama De hecho, Ed da la primera entrada de la carnicería esa misma semana, pero el dueño le dice que el cheque le 'rebota' y que si ese mismo viernes no consigue el dinero venderá la tienda a otro comprador interesado. Esto sucede porque, obviamente, Peggy no hizo caso a Ed y acabó pagando los 500 dólares del curso, lo que dejó su cuenta común sin fondos para pagar la carnicería. En la discusión, Ed recrimina a Peggy que habían acordado lo del curso, mientras que ella dice que hablaron del tema, pero no acordaron nada. Lo de 'dentro' y lo de 'fuera'.

Por otro lado, los Gerhardt se reúnen en un hotel con Joe Bulo, de la mafia de Kansas, para proponerle una contraoferta 'justa'. En vez de plantearlo como una compra/venta, ponen encima de la mesa una alianza para que ambos bandos salgan beneficiados y los Gerhardt no pierdan el control de sus operaciones. A Bulo le gusta la oferta, pero no depende de él, así que transmite el mensaje a sus superiores. Mientras esperan la decisión final, hay dos mensajes que quedan claros: Dodd Gerhardt, que ya de pequeño ayudó a asesinar a un capo mafioso junto a su padre, quiere ser el líder de la mafia y hará lo que sea para conseguirlo, incluso si es desobedeciendo a su madre (algo que se demuestra con su visita a una tienda en la que electrocuta a dos hombres junto al tullido Charlie); la mafia de Kansas no negocia, así que la opción de compra se rebaja a un millón de dólares y Mike Milligan y los hermanos Kitchen le dan un susto al maltrecho Otto, el patriarca Gerhardt, a la salida del hospital (una secuencia con un genial suspense, por cierto). Como ya advertía Floyd cuando propuso la contraoferta, que sea una mujer no significa que no esté dispuesta a ir a la guerra. Y eso es lo que sucederá a partir del siguiente episodio.

El matón Hanzee visita el taller donde se encuentra el coche de los Blomquist.
El matón Hanzee visita el taller donde se encuentra el coche de los Blomquist.

Paralelamente, el matón Hanzee sigue buscando pistas sobre el paradero de Rye. Acude al Waffle Hut, escena del crimen que origina todo, y encuentra un fragmento de cristal del faro del coche de los Blomquist (curiosamente, contempla un OVNI pasando justo encima de él como si nada). El siguiente paso es ir al taller de Luverne, donde enseguida localiza el accidentado coche de los Blomquist y comprueba que el fragmento de cristal coincide con el faro. El encargado del taller, Sonny, le da la bienvenida y le dice amablemente que no puede tocar nada del coche porque es privado. Hanzee no hace caso, abre la puerta y detecta sangre en el asiento del copiloto. El padre de Sonny ahuyenta a Hanzee con una pistola, pero nuestro matón indio ya tenía todo lo que necesitaba. Ahora era su momento de ir a la casa de los Blomquist. Empieza por el garaje, donde encuentra evidencias de lejía en el suelo, lo que le lleva a entrar en casa y descubrir en la chimenea la hebilla del cinturón de Rye, que no ardió junto a su ropa. ¡Ups!

Para concluir el episodio, Lou Solverson, que previamente había ido al taller alertado por el asustado Sonny, decide pasarse por casa de los Blomquist. Llama a la puerta. No hay nadie (salvo Hanzee), así que le toca esperar un rato fuera. Él ya ha atado cabos y sabe que los Blomquist están involucrados en la desaparición de Rye, así que cuando el matrimonio llega a casa, es muy claro: si tenéis algo que ver, es el momento de decírmelo. 'Os puedo ayudar', asegura. Sin embargo, Peggy toma la iniciativa y le dice a Lou que se marche, que sus suposiciones son salidas de tono. Lou, que con esta reacción no hace más que confirmar sus sospechas, obedece y se marcha, pero, al salir, les aconseja que cierren la puerta con llave. No saben la que se les viene encima...

Puedes recordar los recaps de los tres episodios anteriores de esta temporada:

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