Blue Origin ha partido -un poquito- el corazón de Elon Musk. Y es que esta compañía que tiene en su membrete a Jeff Bezos ha conseguido el hito que hasta ahora estaba intentando SpaceX: que su cohete reutilizable, New Shepard, vuelva a aterrizar en la tierra sano y salvo después de un lanzamiento, lo que le convierte en el primer cohete VTOL que ha vuelto del espacio sano y salvo.

El cohete se compone de dos elementos: una cápsula para la tripulación en la que hay sitio para los astronautas y un cohete BE-3 propulsado por hidrógeno y oxígeno líquido que ofrezca 110.000 libras de empuje al momento de despegar. El Blue Origin voló con éxito al espacio, llegando a su altitud de prueba prevista: 329,839 pies, unos 100,5 kilómetros, antes de ejecutar un histórico aterrizaje que ha sido grabado para la posteridad y que podéis ver sobre estas líneas.

Este hito, que era el que SpaceX llevaba buscando desde su fundación con una brutal campaña de comunicación detrás, ha sido conseguido por Blue Origin sin grandes bombos ni platillos, pero sí con mucha ciencia, innovación y prueba y error detrás de esta aventura que se ha desarrollado en el desierto de Texas.