Un 19 de noviembre de 1995, llegaban a nuestras vidas las aventuras de Woody, Buzz Lightyear, Hamm, Andy, Rex y Sr. Patata. Hace veinte años, se estrenó en los Estados Unidos de América el primer largometraje de Pixar Animation Studios: Toy Story.

Aquella película —la primera desarrollada con una computadora— sobre las aventuras de los juguetes de Andy, marcó una generación de niños, jóvenes y adultos, los cuales aplaudieron sin cesar el trabajo de Pixar y recordarán durante toda su vida frases tan populares como ¡Hasta el infinito y más allá! o ¡Hay una serpiente en mi bota!. También recordarán el sentido de la amistad que tan bien apreciamos entre Buzz Lightyear y Woody, la felicidad compartida entre los propios juguetes e incluso el valor del amor incondicional entre Woody y Andy, valores que se aprecian a lo largo de la historia de Toy Story y que dotan a esta saga de ese atractivo sentimental.

Toy Story

Sentimientos al margen, Toy Story también supuso un antes y un después para la industria del cine de animación. Su producción 100% en ordenador permitió adelantarse al cine de aquella época, dando un realismo jamás visto hasta la fecha —basta comparar El Rey León (1994) con Toy Story (1995) para apreciar las grandes diferencias en términos de producción y realismo—. Esto, paralelamente, ha logrado que Toy Story no se sienta vieja con el paso de los años. Los más pequeños de la casa, veinte años después, siguen disfrutando con las aventuras de Woody y Buzz Lightyear. Pocas películas pueden presumir de ello.

En su momento, Toy Story superó todas las expectativas. Con un presupuesto inicial de $3.000.000, la unión entre Pixar y Walt Disney Pictures logró recaudar $361.958.736, una cifra mucho mayor de la que esperaban Steve Jobs y Michael Eisner (presidentes de Pixar y Disney, respectivamente). Las expectativas rondaban los cien millones de dólares antes de su estreno.

Toy Story marcianos

Al éxito en taquilla hay que sumar el éxito en productos agregados como juguetes, videojuegos, ropa, etc. Varios ayudantes de marketing lo afirmaban: ”Esto será un negocio formidable. ¿Cómo puede un niño, sentado por una hora y media de película frente a una galería de personajes de juguete reconocibles, no querer uno de éstos?”

Ahora, veinte años después, Toy Story sigue siendo una saga viva, algo de lo que solo puede presumir un set muy exclusivo de películas (entre las que encontramos Star Wars). La primera película llegó en 1995, la segunda en 1999 y la tercera –para mi, la más conmovedora– en 2010. Pero, como decía, no es una saga muerta, pues la cuarta aventura de estos entrañables juguetes, según confirmó Pixar el pasado año, llegará aproximadamente en 2018. Y, casi con total seguridad, repetirá el éxito en taquilla y en crítica de sus predecesoras.

Rex Toy Story

Mientras tanto, podremos seguir recordando la famosa furgoneta de Pizza Plannet, los adorables marcianos de la máquina de recreativos gritando en conjunto “El liiiiiiider”, la interminable amistad entre Buzz Lightyear y Woody o el sentimiento tan profundo que une a Woody con Andy. Y es que, como bien dice la canción, el tiempo pasará, lo nuestro no morirá, lo vas a ver, es mejor saber, que hay un amigo en mí.

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