Ridley Scott presentó con The Martian una de sus mejores películas en los últimos años. Esto con un casting excelente y una producción gigantesca como acostumbra el director. Entonces, ¿es The Martian una joya cinematográfica? La respuesta concreta es no, definitivamente no lo es. La promoción de esta película comenzó con una intensa campaña en la que nos ubica (a los terrícolas) en la maduración de la exploración de nuestro vecino planeta rojo. Las misiones tripuladas Ares y los muchos sueños de la NASA ya son realidad. Los astronautas son, más que nunca, el equivalente a los futbolistas en la actualidad: estrellas de la televisión, promocionando marcas, con spots constantes en los medios y con una relación cercana con los ciudadanos de a pie. Incluso, el emblemático divulgador científico de este siglo, Neil DeGrasse Tyson reafirma la importancia y alcances de las misiones.
Todo este excelente preámbulo al estreno de la cinta basada en la novela del mismo nombre del escritor Andy Weir abrió una gran expectativa y aunque no nos equivocamos en la producción ambiciosa y de calidad que tendría la película, sí nos quedamos sobrados si esperamos una adaptación al cine espectacular, memorable, trascendente. Bueno, debe reconocerse que sí es espectacular, aunque solo en la producción. 'The Martian' tiene un empaque precioso, cuidado hasta el último detalle, con todos los billetes del mundo en su recreación del inhóspito planeta donde se queda varado el personaje principal, Mark Watney, interpretado con grandeza por Matt Damon.
El argumento es cautivante: un astronauta se queda solo en Marte por un incidente en el que su equipo lo da por muerto y regresan a la Tierra sin él. Una cascada de preguntas comienzan a formularse, la empatía se dispara si imaginamos a alguien a miles de kilómetros sin la posibilidad de auxiliarlo, el manejo de la soledad, la cuestión del alimento y el agua; es decir, una infinita cantidad de situaciones complicadas, un conflicto envidiable para cualquier escritor y director. La producción en The Martian es excelente
Entonces, ¿por qué nos quedamos sobrados si esperamos que 'The Martian' fuera memorable y trascendente? Porque la película todo lo hace bien pero se queda a la mitad, nos debe. Para decirlo de otra forma, es de una calidad inmensa pero se disipa sin mayor trascendencia. Hay pocos momentos, ya muy tarde en la película, que Mark Watney llega a ser profundo, de esa profundidad y reflexión humana que solo la ciencia ficción (en cualquier formato) nos transporta, eso por lo que es tan importante. De esto nos queda mucho a deber 'The Martian'.
También muy tarde en la película, y de una pincelada, se muestra el drama terrícola por su astronauta abandonado en Marte. De igual forma deja muchos elementos que podrían haberle dado el drama intenso y memorable que esperábamos, para quedar apenas resumidas en unas escenas. Por otro lado, la resolución de uno de los mayores conflictos en la historia parece absurda y de tan fácil que hace inverosímil que se esté en la maduración de la exploración de Marte con misiones de esa envergadura, pues las soluciones parecen sacadas del siglo pasado.
Conclusión
'The Martian', con todos sus impresionantes recursos y ser una de las mejores películas de Ridley Scott, así como su genial punto de partida que es la novela de Andy Weir, no logra ser el mejor drama espacial sobre otros que, afortunadamente, se han dado en los últimos años. Sin el afán de la comparación, aunque casi inevitable, voltearemos a ver '**Interstellar**' por las carencias de profundidad en la historia de 'The Martian'. Un gran acierto es el humor del personaje principal que vuelve la historia muy llevadera y amena; así como la magnífica producción que es sinónimo del director. Nos debe en ser memorable, llegarnos al centro y estar al filo del asiento o en la soledad total que no sentimos casi nunca.
Pros
- La actuación de Matt Damon
- La producción y representación de Marte
- El papel de la ciencia como eje
Contras
- La resolución simple de los conflictos
- Poca veracidad
- Poco memorable