Hace unas semanas Tesla actualizó algunas versiones del Model S con un modo que permite al vehículo tomar el control de la conducción ante algunas situaciones, un modo de piloto automático que ha generado numerosos artículos hablando sobre la conducción autónoma, pero cuidado, no es un vehículo autónomo. Y es que la diferencia es muy importante.
Muchos periodistas que trabajan para medios estadounidenses han realizado pruebas divertidas que consistían en poner a prueba el coche para situaciones ante las que no está preparado el piloto automático de Tesla: rotondas por ejemplo. Y el comentario era: Google, Tesla ha golpeado primero el mercado de los coches autónomos. Y repito, voy a explicar el porqué lo que ha hecho Tesla no está enfocado a tener un vehículo autónomo rodando, sino a ofrecer comodidad ante situaciones bastante limitadas.
El piloto automático de Tesla requiere la supervisión del conductor de forma constante. Este es el principal motivo por el que no hablamos de conducción autónoma. En el fondo estamos programando un control de crucero con funciones muy avanzadas y bajo esta denominación existen muchos fabricantes que llevan años mejorando sus sistemas, pero con más prudencia. Ford tiene los sistemas que permiten hacerlo pero aún no lo han comercializado como una funcionalidad completa, aún pudiendo, por prudencia. BMW y Volkswagen también han mostrado en varias ocasiones sus progresos, pero todavía no están en coches en producción por prudencia.
El piloto automático de Tesla mejorará cada día gracias a la información que le enviarán al sistema los conductores que lo emplean.
Demos un pequeño repaso a la historia. Con la llegada del control de velocidad, los viajes se convirtieron en una tarea más desahogada al poder retirar los pies de los pedales y tomar el control con los mandos del volante. Con un control de velocidad convencional se puede manejar la velocidad (subir y bajar) desde botones, lo que hace que tan solo se tuvieran que tocar varias veces por minuto en el peor de los casos. Varios años más tarde nace el control de velocidad adaptativo, capaz de guardar una distancia de seguridad, definida por el conductor, con el coche que nos precede. Este sistema es capaz de frenar ligeramente para reducir la velocidad, una avance que permite al usuario relajarse un poco más en el volante.
Desde hace pocos años, este último tipo de control de velocidad se mejora con detectores de líneas de carriles y sistemas de frenada automática. He probado en varias ocasiones estos sistemas de Ford y son increíbles, el coche es capaz, durante unos segundos porque a la cuarta corrección exigen que el usuario tome el control del coche, de corregir la dirección y mantener una velocidad en función de las señales del tráfico. Es lo más parecido al sistema de piloto automático de Tesla, salvando las distancias.
Y no quiero que este artículo suene como una crítica al fantástico piloto automático de Tesla. Es increíble que la atención que deba prestar el conductor sobre la carretera cada vez sea menor, porque redundará en una reducción de los accidentes. ¿Qué os parece si hablamos ligeramente de números?
Las estadísticas muestran que un conductor tiene un accidente menor alrededor de cada 2.500 a 6.000 horas de conducción, es decir, cada 10 años de conducción. Un accidente mortal surgiría tras 2 millones de horas de supervisión al volante, unos 10.000 años. Si, son números que pueden sonar a chiste, pero imaginemos que, cada vez tendremos que supervisar menos al coche, por lo que cada vez se producirán menos muertos en carretera. Un objetivo que puede ser real en pocos años, de hecho, hay fabricantes que tienen en el punto de mira el año 2020 para que no se produzcan accidentes mortales en sus nuevos coches.
La diferencia del anuncio de Tesla en relación a un coche autónomo es que con este último tipo de vehículo el usuario podría ir durmiendo porque el coche podría conducir sin intervenir ni ser supervisado por un conductor. Google en cambio no quiere un sistema de control de crucero avanzado, quiere un coche 100% autónomo, y por ello no podemos hablar de que Tesla le ha tomado la delantera a Google. Por el momento el piloto automático de Tesla es solo el primero de muchos pasos hacia el coche 100% autónomo.