Cada año, durante el mes de octubre, la tierra atraviesa un campo de restos de un cometa. Durante estas fechas se pueden ver estrellas fugaces en el cielo casi todas las noches. Pero su máximo llega durante la madrugada del 21, cuando se pueden ver hasta 20 meteoros por minuto durante la magnífica lluvia de oriónidas. ¿De dónde vienen? ¿Por qué se producen? Y, mucho más interesante, ¿cómo podemos verlas? Hoy os hablamos de este espectacular evento astronómico para poder disfrutarlo de la mejor manera.
Qué son las oriónidas
La lluvia de oriónidas se llama así precisamente por que su presencia suele encontrarse bajo la imagen de la constelación de Orión, fácilmente distinguible por su cinturón y vaina. Las oriónidas se producen debido a que durante estas fechas nuestro pequeño planeta atraviesa una nube de restos y polvo estelar dejado por el conocido cometa P1/Haley, que pasó por aquí hace ahora casi 30 años. La lluvia de oriónidas no es tan densa ni fuerte como otras lluvias de meteoritos conocidas (como las perseidas, del verano, por ejemplo), pero eso no quiere decir que no sea espectacular.
Los meteoros que se observan durante las oriónidas suelen mostrar una luz amarilla o incluso verde y en muchas ocasiones terminan estallando, lo que hace de esta lluvia un evento precioso. Además, durante su máximo, que se alcanza en la madrugada del 21, se pueden observar hasta 20 bólidos por minuto en el hemisferio norte y hasta 40 en el hemisferio sur (debido a la disposición de los desechos). No obstante, si el 21 no tenemos la oportunidad adecuada, siempre podemos tratar de ver el fenómeno a lo largo de la semana. No será difícil captar algún meteoro a pesar de que esta lluvia sea más moderada que otras.
Cómo ver la lluvia de estrellas
Cómo explicábamos, esta lluvia moderada es fácilmente visible desde todo el globo, aunque especialmente desde el hemisferio sur, por lo que Latinoamérica tendrá una posición privilegiada. Podemos tener en cuenta lo siguiente:
Buscar un lugar sin contaminación lumínica
La lluvia de oriónidas es una lluvia de meteoros un poco más débil. La contaminación lumínica en este caso puede resultar desastrosa. Lo mejor es buscar un punto donde apenas se aprecie la luz de las ciudades en el horizonte y se vean la mayoría de estrellas. Este año, 2015, además, tendremos un pequeño problema con la luna y es que está en cuarto creciente. Durante la madrugada del 21, además, se encontrará a la mitad de su tamaño, lo que pondrá las cosas más difíciles.
Comprobar el tiempo que hará
Esto, que parece una cosa obvia, es precisamente uno de los apartados en los que más se confía la gente. A veces por la excitación o bien por el despiste, nos olvidamos de comprobar las condiciones climáticas. Y tras una hora de viaje a la montaña, de pronto, nos damos cuenta de que está nublado y va a ser imposible ver absolutamente nada. Así que no está de más hacer una comprobación rápida antes de hacer nada.
Esperar el momento adecuado
Las oriónidas se ven en todo momento de la noche. De hecho, se ven desde el 7 de octubre hasta el 2 de noviembre ininterrumpidamente. Pero claro, para ver un número considerable de estrellas fugaces y aprovechar la experiencia hay que esperar al mejor momento. Ese no es otro que la noche del 21 de octubre bien entrada la madrugada. El momento en el que se podrán ver más estrellas fugaces será desde la medianoche hasta la salida del sol. Este año 2015 será especialmente así debido a la luna, que comenzará a bajar a últimas horas de la noche, dejando el cielo más despejado.
Mirar al sitio adecuado: Orión
Las oriónidas, como decíamos, tienen este nombre debido a que se suelen localizar en una posición delimitada por la constelación de Orión. Para localizarla solo hay que buscar el conocido cinturón del "cazador", que además tienen un conjunto de estrellas formando la "vaina". Una vez localizado, la radiante, es decir, el punto principal desde el que "surgen" los meteoros se encuentra a la izquierda de la constelación. Mirar a la radiante nos ayudará a localizar la zona de mayor concentración. Si estamos en el hemisferio norte, la radiante se sitúa en la parte superior (cerca de uno de los hombros) mientras que en el hemisferio sur se situará a la izquierda de uno de los picos de la falda.
Nada de usar telescopios
Un consejo, especialmente si somos simples aficionados, es que no debemos usar ni telescopios ni otros aparatos para observar (prismáticos, catalejos o similares). Las oriónidas se observan a simple vista y son muy rápidas. Tratar de capturarlas con un artilugio así sólo conseguirá que nos las perdamos. Lo mejor es tumbarse y esperar con tranquilidad.
No es la única lluvia de estrellas
No, no lo es. En estas fechas también se está produciendo la lluvia de estrellas de las táuridas, que se aprecian bajo la constelación de Tauro. Aunque su máximo llegará en torno al 5 de noviembre. Esta lluvia es más lenta pero muy brillante, así que no es de extrañar encontrarnos con alguna estrella inesperada. Un poco más adelante, por cierto, podremos ver las gemínidas, en diciembre. Además, como curiosidad, el mismo campo de restos dejados por el cometa P1/Haley, provoca la lluvia de estrellas eta acuáridas, entre abril y mayo. Pero esa es otra historia de la que ya hablaremos.