Le seguía la pista desde hace meses pero no fue hasta que lo vi en un vídeo de los chicos de Eurogamer cuando recordé que Keep Talking and Nobody Explodes ya estaba a la venta en su versión final. Y, además de tener uno de los mejores títulos de la historia del videojuego, ¿qué tiene de especial?

La gente de Steel Crate Games reivindica, como nadie, la experiencia asimétrica en los videojuegos

Hablamos de un juego muy conciso, que explota una gran idea y se adscribe a un subgénero en el que, me sorprende sobremanera, los buenos juegos se cuenta con los dedos de una mano. Hablamos de una experiencia asimétrica en la que el jugador se enfrenta a una bomba que desactivar con la ayuda de otro jugador (o jugadores) que, alejados de la pantalla, guiarán al jugador en el proceso de desactivación.

Así pues, si somos nostros los que estamos a los mandos del juego, nos encontraremos con una bomba conformada por distintos módulos (cuantos más módulos a desactivar, más difícil) que no son más pequeños y variados puzles; y la única forma de resolverlos y que la bomba no termine explotando es siguiendo las indicaciones de la persona o personas que estén leyendo el manual del juego (se encuentra aquí), un compendio de pistas y soluciones a los distintos puzles que uno se puede encontrar en cada bomba.

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Evidentemente, el jugador no será mero testigo y ejecuto de estas indicaciones si no que, para contextualitar y orientar a nuestros informantes, tendremos que explicar de forma rápida y concisa qué es lo que encontramos en cada módulo. Y será de todo menos sencillo: podremos encontrarnos con los míticos cables de colores que cortar, con una suerte de iconos extraños que pulsar siguiendo una secuencia extraña, una sucesión de palabras que parecen carentes de sentido, un mini-laberinto, otro que recuerda enormemente al mítico juguete Simon, código morse, etc.

De esta forma, nosotros elegiremos el número de módulos a desactivar y el tiempo con el que contaremos para tal fin y la bomba se generará de forma procedimental con el fin de no restar emoción y que terminemos memorizando las mecánicas y soluciones de cada tipo. No se conoce el apoyo post-lanzamiento que los chicos de Steel Crate Games pretenden darle al juego pero la forma de mantener vivo el proyecto parece tan evidente como sencilla: seguir introduciendo nuevos módulos y actualizando el manual de forma periódica para añadir más variantes y rejugabilidad a un título que, de por sí, difícilmente se nos hará repetitivo.

Keep Talking and Nobody Explodes

El principal atractivo de Keep Talking and Nobody Explodes es, obviamente, esa experiencia asimétrica que puede involucrar a cualquiera y hacerle partícipe del juego. De hecho, pocas experiencias lúdicas mejores se me ocurren para nuestras reuniones con amigos o familia. Desde nuestros padres o hermanos hasta nuestra pareja pasando por los compañeros de clase o trabajo que vienen a casa a cenar, cualquiera puede disfrutar tanto de desactivar la bomba como de guiar al jugador para tal fin. Cuando todo se complica y surgen el nerviosismo y los gritos es impagable.

¿Qué os parece este tipo de experiencias? ¿Creéis que es una buena forma de introducir a la gente alejada del mundo del videojuego? Sea como fuere, en las próximas semanas os traremos una recopilación de juegos multijugador que disfrutar en compañía y que son idóneos para nuestras fiestas o reuniones familiares.