Tarde o temprano tenía que llegar este momento. A medida que los coches se vuelven máquinas más y más inteligentes, con ordenadores más potentes e, incluso, conexión a Internet, es lógico que surjan las dudas y los miedos: ¿es posible hackear un coche o es un claro caso de tecnofobia? Lo cierto es que los investigadores dedicados a la seguridad están poniendo a prueba algunos de los conceptos más duros con los que podría enfrentarse un coche inteligente. Por ahora la respuesta parece bastante clara: hackear un coche es un logro casi imposible de realizar. Casi. Esa palabra tiene mucho significado en esta ocasión.
Sí, es posible hackear un coche
Durante este verano una serie de llamativos artículos en la conocida WIRED ponían de manifiesto la experiencia de un conductor quién *vio comprometido su coche debido a un hackeo***. A raíz de estos artículos, David Pogue ha salido en defensa de la seguridad de los coches en un artículo para Scientific American. El debate está servido y la información llega al usuario con cuenta gotas. Pero a la luz de varias demostraciones prácticas podemos decir que sí, que se puede hackear un coche. Según algunos casos documentados, como explican algunos expertos de Symantec, esto puede provocar fallos de medición en la presión de las La centralita que controla las funciones principales del coche es la parte más vulnerable pero también la más protegida del vehículo
ruedas, desactivación de los frenos o incluso la inmovilización del coche. Pero claro, para poder llegar a este punto hay que poder acceder al "núcleo" del coche, a su centralita.
Como bien ha explicado nuestro compañero Jorge Valero en alguna ocasión, la centralita que controla las funciones principales del coche es la parte más vulnerable pero también la más protegida del vehículo. Normalmente no tiene ningún tipo de conexión al exterior más que la física. Es decir, para poder llegar a ella hay que poder hacerlo conectándose por cables. Esto implica que no se puede hackear de manera remota. Pero sí se puede introducir malware a través del sistema de diagnóstico y otras vías de conexión que pueden pasar, incluso, por la fábrica o el taller. Lo que sí se puede hackear remotamente son las funciones asociadas a nuestros smartphones y sistemas bluetooth, aunque estas suelen ser muy limitadas y no suponen un problema real de seguridad vial.
Escépticos pero concienzudos
Otro ejemplo, tal vez más inquietante, es el de los coches autónomos. Estos coches son capaces de detectar un obstáculo gracias a un análisis LIDAR, con láser, de manera que el coche detecte y reduzca la velocidad en caso de alerta de colisión. Este sistema, como bien explicaba Jonathan Petit, experto en seguridad, es fácilmente hackeable utilizando poco más que un puntero láser. Esto podría volver loco al coche autónomo y dejarlo parado en seco. Pero este es solo un ejemplo de tantos otros. Y es que con el rápido avance de la tecnología automovilística hay quién pone en tela de juicio si se está dando la atención adecuada a la seguridad.
Hackear un coche puede suponer un problema muy serio de seguridad vial ya que cualquier distracción es puede provocar un tremendo accidente. Pero no queda la cosa ahí. Por ejemplo, los "mandos" de los coches de arranque sin llave, por ejemplo, no poseen encriptación asimétrica, lo que implica una mayor facilidad a la hora de piratearlas y darle acceso a un desconocido a tu coche. El control de los garajes locales no es nada concienzudo por lo Los mandos de "arranque sin llaves" normalmente no llevan encriptación asimétrica
que infectar de malware a todo aquél que lleve el coche a arreglar es terriblemente sencillo, extendiéndose como una enfermedad incontrolada.
Un ejemplo que demuestra que todavía hace falta más disciplina en el mundo de la seguridad de los coches es el reciente caso de Volkswagen, donde aunque no es una cuestión de hackear un coche sino de disponer, desde fábrica, de un software erróneo o malintencionado. Otro claro caso importante a la hora de hackear un coche es el hecho de poder acceder a toda la información que este posee, con el claro ejemplo de vulnerabilidad de datos que supone. Hoy, la mítica fecha en la que Marty McFly llega al futuro subido en su DeLorean modificado hemos podido ver este magnífico ejemplo de coche controlado por completo mediante software. Es otro ejemplo de lo que nos depara a nosotros el futuro, probablemente. Y también un aviso de que hace falta tomarnos mucho más en serio el tema de la seguridad en el mundo del automóvil.