La CE se desentiende de la propuesta española que abogaba porque los vehículos diesel pudiesen emitir un 60% más de dióxido de nitrógeno por kilómetro rodado. En el texto, al que ha podido acceder eldiario.es se ve una postura más relajada y pide que los coches emitan hasta 96 mgr. Los Estados miembros harán, previsiblemente, un último intercambio de argumentos este miércoles.
La nueva normativa tendría como objetivo realizar análisis más cercanos a la realidad, comprobando las emisiones en "condiciones reales de conducción", no en exámenes de laboratorio. Según los redactores del borrador, los límites actuales no son alcanzables en pruebas de rodaje fuera del laboratorio por lo que se aplica un factor de corrección que puede ser interpretado como una manga ancha a los fabricantes para que puedan contaminar como ya lo hacían.
Factor de corrección o margen que es la máxima disputa entre los países con fábricas de motores diesel como España y Alemania y la Comisión Europea.
Las enmiendas que propuso España, tal y como estipula eldiario.es, trataban varios puntos en referencia a la economía basada en la producción de motores diesel: empleo, volumen de negocio e inversión para exigir un margen mucho más permisivo en cuanto a emisiones.
El texto remitido por el Ministerio de Industria pretendía que se aplicase un factor de corrección inicial del 2,3 en vez de 1,6. Para el margen definitivo que tiene que regir desde 2019 proponían un factor de 1,6 en lugar del 1,18 pensado por Bruselas.
El documento preparado por Industria trataba de proteger a la industria al subrayar que los nuevos límites "deben ser medioambientalmente buenos pero también deben ser industrialmente posible". El ministro José Manuel Soria ha asegurado que la regulación preparada por Bruselas estaba "muy mediatizada" por el engaño de los motores alemanes.
La CE ha preparado esta revisión sobre el reglamento de emisiones de contaminantes, tras constatar que los coches salidos de las fabricas no reflejan la realidad. Las marcas conseguían cumplir la normativa y el límite de 80 mgr de dióxido de nitrógeno por kilómetro recorrido mediante unidades preparadas para pasar las pruebas de laboratorio.
Volkswagen fue cazada al emplear un sistema para que los motores engañasen a las pruebas para, una vez en carretera, poder contaminar hasta un 40% más de lo permitido. Conocido como 'caso Volkswagen', La CE cree que hay una clara necesidad de reforzar el cumplimiento de la normativa tras el suceso.
Aumentar en un 20% las emisiones permitidas — bajo el pretexto de realizar mejores pruebas — más parece una medida para salvar la producción de los diesel, y la economía de los Estados que dependan parcialmente de esta, que una medida en favor del conjunto de la Comunidad Europea.