Dwarf Fortress es un juego que viene en desarrollo desde el año 2002. El objetivo del mismo es crear un simulador de mundos de fantasía. El dato curioso en todo esto, es que la representación visual del juego es en caracteres MS-DOS. Combina aspectos del roguelike y de los juegos en los cuales hay que construir ciudades.
Un roguelike es un juego que suele transcurrir en mazmorras y calabozos, sus gráficos suelen ser precarios y su dificultad elevada. Suelen ser por turnos y en el 90% de los casos se juega de a uno, no es raro ver al héroe representado por una @ y a los enemigos por letras.
Cada mundo que se genera en Dwarf Fortress es único, y de un modo muy similar al Minecraft se vale de complejos algoritmos para hacerlo. Se crean terrenos, vida silvestre, pueblos y otras cosas. A diferencia del ya muy popular juego de bloques, aquí la generación de un mundo puede demorar bastante tiempo. El modo aventura nos permite controlar un solo personaje y lanzarnos a la odisea, léase explorar el extenso mapa. Podremos librar grandes batallas e incluso reclutar gente.
Con el modo fortaleza somos dotados de un grupo de enanos y aquí la premisa es construir. Recibiremos huéspedes no invitados, y podremos atraer inmigrantes también. Deberemos elegir una ubicación y luego poner a nuestros enanos a trabajar en ella. Habrá que cumplir algunos objetivos, el más evidente sin duda es sobrevivir. Será nuestro deber mantener a nuestros obreros felices, ya que de lo contrario pueden adquirir hábitos poco sanos, por ejemplo asesinar a sus colegas. Para conseguir riquezas será menester cavar en lo profundo de la tierra. No obstante, habrá que tener cuidado con lo que encontramos en las cavernas subterráneas. Podemos ser atacados por goblins, bestias zombis, vampiros y otros.
Existen mods que pueden hacer que la visualización de este juego, sea un poco más que caracteres ANSI.
Si tenemos en cuenta que el lema de muchos jugadores de este juego es "¡Perder es divertido!" debemos hacernos a la idea de que no será fácil.
En Dwarf Fortress menos es más
El hecho de que esta estética sea tan escueta, permite a sus desarrolladores centrar sus esfuerzos en la mecánica del juego. Tan complejos son los algoritmos que posee que los enanos gozan de personalidad. Es por esto que contamos con algunos con tendencia a la depresión, o bien otros que son amantes del arte.
Tarn Adams es un matemático que de un día para otro abandonó su profesión para meterse de lleno en su código de C++ y crear este juego. Su hermano Zach es quien colabora con docenas de ideas, ellos crearon Bahía 12 y desarrollando un juego en 3D se dieron cuenta que se perdía demasiado tiempo en eso, y es ahí donde nace este proyecto.
Dwarf Fortress es jugado por programadores de obras del calibre de The Sims 3, que lo han reconocido como fuente de inspiración, y, si bien es cierto que no obtienen ganancias millonarias, ellos entregan un dibujo o una historia escrita por Zach a quien done algo de dinero al proyecto.