El consejo de Ministros de España se enfrenta en estos momentos a una ligera reforma sobre un tema que produce muchísimo debate: el autoconsumo energético. La aprobación de un nuevo real decreto, que es, a efectos prácticos y simplificando, una ley, guardaba las esperanzas de muchos usuarios que usan energía solar producida por ellos mismos. También era una reforma esperada por muchos sectores pro-renovables. Pero parece que esta reforma sobre el autoconsumo energético no traerá los cambios que se esperaban de ella. Entonces, ¿cómo y en qué nos afectará el real decreto?
Sin grandes cambios a la vista
La aprobación ha traído, principalmente, una sensación: la de decepción. De los cambios propuestos ninguno reduce o quita ninguna tasa significativa. Especialmente el llamado coloquialmente como "impuesto al sol", que permanece estoico e impasible. Entre los cambios anunciados en el real decreto sobre autoconsumo energético está el del nombre del decreto (sí, cómo lo oís, este es uno de los cambios "más importantes"), que a partir de ahora se llamará: Real Decreto por el que se regulan las condiciones administrativas, técnicas y económicas de las modalidades de suministro de energía eléctrica con autoconsumo y producción con autoconsumo. Pero volviendo al tema de las tasas, como decíamos, no veremos ningún cambio destacable en la propuesta.
Uno de los cambios que sí veremos será en la tramitación y las condiciones administrativas, de las instalaciones de menos de 10 kW (unidad de potencia), que serán mucho más fáciles. Este tipo de instalaciones son las que se puedan colocar en los tejados de los hogares. Además, estas instalaciones, al igual que las de Canarias y Baleares se librarán de los cargos. Por otro lado, las instalaciones de menos de 10 kV (unidad de tensión) seguirán pagando los costes fijos del sistema y no tendrán cargo en el término variable de la energía. Son precisamente este tipo de exenciones las que el Gobierno eliminaría en caso de que se disparasen los costes.
Es curioso ver que el borrador, que se presentó en junio de este año, y tras numerosas alegaciones para verse modificado, no ha sufrido prácticamente ningún cambio. Tras remover cielo y tierra con la imposición de unas tasas que no se entienden fácilmente por parte de los usuarios sin formación económica (o, incluso, por los que sí la tienen), parece una decisión arriesgada recular, dejando el peligro de que volvamos a caer en un déficit de tarifa al dispararse los precios, lo que nos costó el año pasado una deuda de 30.000 millones de euros. Pero, ¿por qué no se ha cambiado nada sobre las tarifas?
¿Por qué cuesta dinero el autoconsumo energético?
Imaginemos que tenemos nuestra propia pequeña planta de autoconsumo energético. ¿Por qué habríamos de pagar ningún tipo de impuesto? Bien, ahora supongamos que en un día cualquiera, de pronto, las nubes no permiten producir la energía que necesitamos para mantener nuestro sistema eléctrico. En ese caso, sin embargo, seguimos teniendo luz. Eso se debe a que estamos conectados a la red eléctrica también. Esta es la razón principal de que se hayan La energía del sistema eléctrico no se almacena, sino que se produce siempre en tiempo real
puesto las tasas de autoconsumo energético. ¿Pero no sería más lógico cobrar solo por la energía consumida, sin más?
Esto no es posible debido a la infraestructura. Es la misma razón por la cual no podemos depender exclusivamente de las energías renovables: la energía no se almacena, sino que se produce en tiempo real, por lo que hace falta tener una reserva de energía prevista para poder suplir la demanda. Esto implica costes. Estar conectado a la red eléctrica supone un gasto constante. Si no se consume esa energía, es un gasto asegurado que no se recupera. De aquí, grosso modo, podría venir un grave déficit de tarifa. Las casas que no están conectadas a red eléctrica, por tanto, están exentas de estas tasas y tarifas.
Qué supone la aprobación del real decreto
Pues, como imaginaréis, sin haber cambios significativos, el real decreto sobre autoconsumo energético implica que los consumidores de energía solar que permanezcan conectados a la luz eléctrica tendrán que pagar la tasa correspondiente. Además, otro de los cambios esperados pero que no ha llegado será en el ámbito de compartir el autoconsumo. Sigue estando prohibido compartir la producción para uso individual. Esta medida, también poco entendida, tiene como finalidad la de evitar fraudes y otros problemas administrativos. Aunque en algunos casos ha provocado más dolor de cabeza en el usuario que otra cosa. En resumen, ahora será más sencillo instalar pequeñas instalaciones locales, seguirán pagándose El real decreto resulta un tanto reaccionario y puede que obsoleto, pero necesario
impuestos como siempre y no se podrá compartir las producciones entre individuos. Nada que cambie en gran medida la regulación existente hasta el momento.
Otro problema que surge de mantener la regulación tan estática es lo que se refiere a las baterías, que siguen con un cargo notable, lo que es, a estas alturas y viendo al resto de Europa, un atraso. En definitiva, un real decreto que quiere proteger, ante todo, contra una recaída del déficit de tarifa y una explosión en los precios. Algo que sería perjudicial para todos. Pero que también resulta un tanto reaccionaria; demasiado lenta y puede que algo obsoleta. Pero tampoco hay que verlo como una decisión tiránica por parte de unos sacacuartos cualquiera. Invertir en energías renovables no es solo beneficioso, sino necesario. Pero hay que hacerlo con cabeza y madurez.