Con motivo de la puesta en marcha de Youtube Gaming, veíamos hace unos días como Jimmy Kimmel, productor y presentador de uno de los late show más seguidos de USA, ironizaba sobre el hecho de ver a otros jugar a videojuegos. “Para mí es como ir a un restaurante para ver a otro comerse tu comida” afirma en un corte de vídeo que tenéis encima de estas líneas.

En lo personal, creo que no debería faltar el humor en este tipo de polémicas y, cierto es, el sketch me parece tan gracioso como bien pensado; no ocurre lo mismo con el monológo de Kimmel, centrado en atacar y ridiculizar algo que, a todas luces es evidente, desconoce por completo. El problema aquí está en el nulo conocimiento y el poco y mal asesoramiento sobre el tema. ¿En serio es tan raro o absurdo ver jugar a videojuegos a otra persona?

Y, ojo, no hablamos de una crítica esgrimida solo por aquellos ajenos al mundo de los videojuegos; basta con pasar una tarde en algún que otro foro relacionado con dicha temática para saber que son muchos los jugadores ajenos a esta "moda".

ESL Colonia 2015

Ahora, preguntémonos: ¿qué tan raro es ver un partido de fútbol o una competición de atletismo en la televisión? ¿es absurdo ver talent shows de cocina como Masterchef o documentales de viajes? Todo el mundo, mejor o peor, puede jugar a fútbol, correr, cocinar o visitar otras ciudades, ¿qué sentido tendría ver a otros hacer lo propio? Ya sea por la excelencia en una disciplina deportiva, arte o hobby de aquellos que vemos, por adquirir conocimientos en dichas áreas o por, simplemente, cierta gracia o saber comunicar de los protagonistas, ver todo tipo de talent shows, eventos deportivos o documentales está totalmente aceptado socialmente. ¿Por qué no así con los videojuegos?

A la hora de ver jugar a alguien, hay mucho más que simples walkthroughs

Para empezar, ver jugar a alguien no tiene por qué implicar ser espectador de cómo alguien como tú juega igual que tú a un juego que tú ya tienes. Sí, los let’s play y walkthrough existen y cuentan con un público amplísimo pero no son, ni mucho menos, la única forma de disfrutar de cómo juegan otros; unos pocos ejemplos serían los speedrun, los lore play o los e-Sports.

Un speedruner es alguien que dedica cientos de horas de su vida a perfeccionar y conocer cada resquicio de un juego en concreto con el objetivo final de completarlo de la forma más rápida y/o eficiente posible; los lore play son partidas a juegos determinados en las que el jugador se centra en exponer y detallar cada punto del universo, la trama y el trasfondo del juego o saga en cuestión; los e-Sports, por último, son competiciones del más alto nivel en las que presenciar a algunos de los mejores jugadores del mundo.

YouTube video

Así, por algo tan práctico como la falta de tiempo, es sumamente difícil que vayamos a poder adquirir la maestría y el conocimiento en cada aspecto de un juego como estos tres tipos de jugadores, ¿sigue siendo tan extraño o absurdo ver jugar a otros? No solo todas ellas me parecen experiencias enriquecedoras como jugador si no que, de hecho, he disfrutado más pasando tardes viendo a los chicos de Games Done Quick, conociendo más detalles del universo de Dark Souls gracias a vídeos como este o viendo las finales de la pasada ESL de Colonia que jugando ciertos juegos. Una cosa no está reñida con la otra.

Disfrutar de las partidas de otros puede llegar a ser más sorprendentemente divertido

Y no querría terminar sin volver a tocar el tema de los let’s play o, aquí sí, vídeos centrados exclusivamente en ver cómo otros jugadores completan un juego determinado. Puedo entender aquí cierta corriente crítica pero, de nuevo, no se suele pasar de la superficie: podría querer ver cómo otro jugador afín (por gustos, carácter o cualquier motivo) pasa por una experiencia que yo ya he vivido, utilizarlos a modo de guía, reírme mientras alguien se asusta jugando al último survival horror estrenado igual que lo haría viendo a mi primo o mi novia o, en ocasiones especiales, disfrutar de experimentos que podrían funcionar como estudios sociales como Twitch Plays Pokémon o Twitch Plays Dark Souls. De nuevo, ¿es esto tan extraño?

La de los videojuegos es una industria joven que ha arrastrado prejuicios y críticas desde tiempos inmemoriales con lo que no debería extrañar que, aún en pleno 2015, sigan llegando comentarios despectivos sobre cualquier aspecto relacionado con el sector. Lo mejor que podemos hacer todos los aficionados, más allá de caer en absurdas batallas y rabietas, es seguir disfrutando de nuestro hobby, ya sea jugando o viendo jugar.