Aunque la expresión "energía nuclear" sigue haciendo rechinar los dientes de una gran cantidad de personas por todo el mundo, lo cierto es que, actualmente, todavía dependemos en gran medida de esta producción energética. Pero eso no quita que sigan existiendo dos problemas asociados: la seguridad, como hemos visto tristemente; y los desperdicios nucleares, difíciles de tratar y más complejos de almacenar. Pero, ¿y si pudiéramos matar dos pájaros de un tiro? ¿Y si la cuestión fuese tan sencilla como aprovechar una tecnología que ya sabemos que funciona? Los reactores de sal fundida podrían ser la solución para crear un futuro mejor y más limpio.
¿Qué es un reactor de sal fundida?
Los reactores de sal fundida son plantas energéticas que utilizan una mezcla de sales radioactivas fundidas o disueltas para generar calor. El calor genera vapor, como en las centrales nucleares clásicas, y éste electricidad. Como el combustible se encuentra en estado líquido, es mucho más fácil de manipular y mucho más seguro. Para poder generar este calor se utiliza la energía de fisión. El refrigerante también es una mezcla de sal fundida y pueden trabajar a una temperatura mayor que los reactores enfriados con agua.
La combinación permite crear una planta mas segura que genera menos estrés físico a la maquinaria, y, por tanto, menos peligros. También permite trabajar con el combustible fluido, el cual, en caso de descontrol es más seguro. Esto se debe, en primer lugar, a que el combustible, al ser un fluido, al calentarse más se expande, alejando los átomos de la reacción entre sí e impidiendo que la reacción de fisión se produzca. Además, al producirse en tanques, en caso de accidente y sobrecalentamiento, el combustible destruye una válvula de seguridad de manera El combustible se disuelve en fluidos con tetrafluoruro de uranio, obtenido a partir de residuos nucleares
que, inmediatamente, toda la sal radioactiva pasa a unos contenedores de seguridad especiales bajo tierra. Por si todo esto fuera poco, las sales son mucho más eficientes que el agua para disipar el calor, por lo que puede trabajarse más fácilmente y aprovechar la energía generada más eficientemente.
Las sales fundidas del combustible emplean tetrafluoruro de uranio, o UF4, para disolver el combustible en él. De hecho, para generar estas sales podemos usar los desechos nucleares de otras plantas de fisión, como el uranio empobrecido, de manera que también podemos solucionar parte del problema de los deshechos. Los reactores de sal fundida prometen ser más eficientes y seguros. Y lo mejor de todo es que ya se han construido prototipos funcionales que han generado energía, una cantidad importante de datos y, lo mejor de todo, la prueba de que podemos utilizarlos desde ya.
¿A qué estamos esperando?
Si tenemos la tecnología, la necesidad y las ganas, ¿por qué no ponernos manos a la obra? El proyecto MSRE, las siglas en inglés de "experimento de reactores de sal fundida", lleva haciendo pruebas desde los años sesenta del siglo pasado. Se llevó a cabo un programa de pruebas extensivas y un programa de producción energética durante 5 años. Todos ellos con un éxito digno de mención. De hecho, incluso se planteo la idea de comenzar a sustituir algunas de las centrales de fisión nuclear por estos novedosos reactores de sal fundida. Sin embargo, el auge de las energías renovables junto con algunos importantes accidentes nucleares (como el de Chernobyl o el de la planta de Fukushima, más adelante) pararon por completo el interés de desarrollo en esta tecnología.
La concesión de licencias para un nuevo tipo de reactor basado en combustible nuclear, actualmente, puede llevar décadas. Sin embargo, recientemente veíamos la solida intención de un consorcio de llevar a cabo una investigación exhaustiva al respecto. El objetivo es crear la primera planta de sal fundida comercial en Europa. Y esta, según explican los miembros del grupo, podría estar funcionando y produciendo energía en menos de 10 años. Sería el primer paso para validar a gran escala dicha tecnología.
También serviría para dar un soplo renovado a la energía nuclear, muy malentendida. Además, de ser una renovación necesaria que mejora tanto la seguridad como su "limpieza". En un mundo cuya demanda energética aumenta de forma exponencial, todavía no estamos preparados para dar el salto a fuentes de energía 100% limpias. Técnicamente todavía no es posible. Pero si podemos mejorar las fuentes que ya tenemos, dando pasos hacia un futuro mejor. Aunque la transición deberá hacerse lentamente, nos tememos.