Luego de una semana de ausencia, Fear The Walking Dead regresa con el tercer episodio de su primera temporada. Luego de un primer episodio bastante lento, y un segundo que mejora pero mantiene el mismo ritmo, ya podemos establecer con certeza el estilo narrativo de este spinoff del universo de zombies de Robert Kirkman. Una historia que se cuenta despacio, y no invierte demasiado en shock sino en suspenso.
Finalmente nuestra familia protagonista se reencuentra luego de una breve separación temporal donde los Manawa conocen a los Salazar y pasan una larga noche encerrados en la barbería hasta que se ven obligados a salir cuando los disturbios alcanzan el punto de mayor caos y la gente prende fuego a las tiendas cercanas. Como siempre, la humanidad demostrando que las personas siempre serán más peligrosas que los zombies.
Daniel Salazar se pinta como un personaje interesante, o simplemente es otro latino que conoce mafiosos. La última frase que dice en el episodio fue lo más honesto y realista de todos los diálogos que pudimos escuchar en esos 48 minutos: las personas buenas son las primeras es morir. No se, tal vez es que siempre me llaman la atención los personajes fatalistas que tienen claro cuando todo se fue al demonio y no es momento de sentimentalismos, pero claro, yo ya se como termina todo en este tipo de historias, el resto de los personajes, no.
Lo más aterrador
Aún tenemos bastante tiempo para que todos entren en modo oscuro y fatalista y se dejen de eso de "está enfermo, tal vez podamos ayudarlo" en lugar de apuntar a la cabeza. Lo más aterrador en este episodio para estas personas fue ver como la civilización puede derrumbarse tan fácilmente y en tan poco tiempo.
Al primer lugar al que todos van a buscar ayuda es al hospital, y por ende es el sitio donde más gente muere. Tiene sentido que sea uno de los primeros sitios en colapsar por completo y derrumbarse, la desesperación y terror que eso genera es enorme. Solo hay que imaginarlo. Es uno de los lugares menos seguros en caso de apocalipsis zombie, a menos que seas Rick Grimes.
No mueren, siguen regresando
Cuando creemos que finalmente veremos a los Manawa irse al desierto, Madison regresa a intentar salvar a su vecino de una muerte segura a manos de su esposa zombie (ves lo que pasa cuando no tomas las decisiones difíciles cuando debían tomarse). Probablemente sintiéndose culpable de no haberle estrellado el martillo en la cabeza a Susu, y ver que su esposo estaba a punto de terminar igual que el perro. Mamá Clark regresa y en un giro que no me esperaba, aparecen los militares a poner orden en los suburbios, y "salvar el día".
Honestamente no me esperaba que fuésemos a ver los intentos del gobierno por mantener la ciudad en pie, usualmente los militares en las películas de zombies parecen haber entrenado en el campamento de payasos donde tener un rifle automático no te quita lo torpe y los zombies que caminan tan lento como una tortuga con una sola pata son capaces de asesinarte en solitario porque no te ataste bien las trenzas de los zapatos. Con lo lento que parece ir todo en la serie, no me extrañaría que veamos esta especie de cuarentena militar durar un par de episodios, y tal vez alguien aprenda algo sobre como usar un arma, aunque el señor Manawa no se sienta bien respecto a esos objetos peligrosos y malignos que lo acaban de salvar de uan muerte segura a manos del vecino Peter.
¿Ya es demasiado tarde para qué señor Salazar?