Con el final de la tercera temporada de Orphan Black, los seguidores de Tatiana Maslany deberán esperar hasta el año que viene para ver cómo BBC America continúa con la trama. Durante estos meses, sin embargo, podemos repasar algunas de sus historias y de otras cintas famosas para conocer fallos de películas y series relacionados con la ciencia.
En el caso de Orphan Black, la vida de Sarah Manning cambia de repente cuando presencia el suicidio de un misterioso personaje, Elizabeth Childs, que decide quitarse la vida arrojándose a las vías del tren. Así es como empieza la serie creada por Graeme Manson y John Fawcett. Una serie que podría girar en torno a la misteriosa muerte de Childs, pero que adquiere un fuerte cariz científico cuando Manning descubre que la mujer es completamente idéntica a ella.
¿Son posibles los clones humanos?
Poco a poco, y a lo largo de las tres temporadas, Sarah Manning -que adquiere la identidad de Childs- va descubriendo que existen más clones como ella. Gracias a una magistral interpretación, Tatiana Maslany da vida a los diferentes personajes que van apareciendo, un trabajo que ha merecido por primera vez su nominación al Emmy a la mejor actriz de una serie dramática. ¿Cuál es el error científico que podemos encontrar entonces en Orphan Black?Sin desmerecer la trama de Orphan Black, la clonación de seres humanos sigue siendo una utopía científica
Sin desmerecer la trama ni la increíble actuación de Maslany, lo cierto es que Orphan Black nos propone un escenario futurista e irrealizable -al menos de momento-. La ciencia ha conseguido desde la década de los cincuenta clonar animales -desde una rana hasta la famosa oveja Dolly, pero los resultados no han sido positivos.
En el caso de la oveja Dolly, primer mamífero clonado a partir de una célula adulta, se observó que la técnica de la transferencia nuclear permitía clonar animales. A pesar de ello, el experimento del Dr. Ian Wilmut terminó en 2003, cuando Dolly tuvo que ser sacrificada por sus problemas de artritis y una enfermedad pulmonar grave. Los estudios posteriores determinaron que la edad biológica de la oveja era mayor que su edad real.
Desde aquella fecha, se han realizado múltiples trabajos de clonación en especies tan variadas como ratones, cerdos, conejos, gatos o incluso caballos. Pero los experimentos son muy ineficientes, según explican desde la American Medical Association. Haciendo un esfuerzo e imaginando que en el futuro este escenario fuera factible, ¿veríamos algo similar a lo que ocurre en Orphan Black?
La respuesta es no. Pensemos en los clones como si fueran gemelos monocigóticos. En este caso, comparten el mismo ADN ya que proceden de un único cigoto. Pero la genética no lo es todo, sino que sobre la expresión de nuestros genes influyen factores ambientales. Esto provoca que los gemelos monocigóticos tengan el mismo sexo, una apariencia física muy similar (especialmente en rasgos determinados por nuestros genes, como el color del iris) o el mismo grupo sanguíneo.
Este reducido número de características que veríamos iguales entre clones nos enseñan que, en realidad, existen muy pocos rasgos definidos sólo por la genética. El resto de características, especialmente aquellas relacionadas con nuestra personalidad, serán diferentes a pesar de que el ADN de los clones o de los gemelos monocigóticos sea el mismo.
La segunda imprecisión que encontramos en Orphan Black se refiere al mundo de las **patentes**. En una de las escenas de la serie, se menciona que existe una patente, dando a entender que alguien posee la propiedad de esa invención de manera infinita. Si conocemos los requisitos para solicitar una patente, veremos que la protección se otorga sólo durante veinte años y que el derecho sobre la invención se refiere a la explotación de la misma, no a una "propiedad infinita".
¿Una PCR en menos de un minuto?
Otra de las grandes series de los últimos años, **CSI, tampoco está exenta de errores científicos. Uno de los más sonados es el que se refiere a la reacción en cadena de la polimerasa**, también conocida como PCR. La técnica, descubierta por Kary Mullis en los ochenta, sirve para amplificar muestras de ADN, o lo que es lo mismo: la PCR trabaja como si se tratase de una "fotocopiadora molecular".
En uno de los capítulos de CSI, se observa uno de esos clásicos fallos de películas y series relacionados con la ciencia. Y es que la PCR, que normalmente dura entre dos y tres horas, se hace en menos de 60 segundos. Aunque ha habido grandes avances en el campo de la genética molecular, lo cierto es que esta técnica de rutina en los laboratorios no puede realizarse en tan poco tiempo como sugieren en CSI.
¿Resucitar especies ya extintas?
Entre los fallos de películas y series, no podemos olvidar una de las grandes cintas de la ciencia ficción: **Jurassic Park. Aunque "resucitar" especies extintas, como en el caso de los dinosaurios, es uno de los grandes sueños de la investigación, lo cierto es que a día de hoy sigue sin ser posible.
El trabajo que realiza InGen**, la compañía ficticia de biotecnología que vemos en la película, se centra en la recuperación del ADN de dinosaurios hallado en mosquitos que se quedaron atrapados en ámbar después de picar a estos animales. Por desgracia, los dinosaurios vivieron aproximadamente entre 230 y 65 millones de años atrás, mientras que la molécula de ADN se mantiene estable durante sólo 10.000 años.
Otro de los problemas de Jurassic Park es que los científicos de InGen "completan" las piezas del genoma que faltan con ADN de ranas. Según muchos investigadores, hubiera sido más realista "rematar" las secuencias genéticas con ayuda del genoma de aves, mucho más cercanas evolutivamente a los dinosaurios.
A pesar de estos errores científicos, es indudable que Jurassic Park marcó a toda una generación. La película de Steven Spielberg también influyó de manera decisiva en la investigación, según recogían en *The Guardian*. Hoy en día, proyectos como la "des-extinción" del mamut lanudo trabajan para que las ideas de Jurassic Park sean algún día realidad.
¿Cómo funciona la terapia génica?
En Die Another Day, la película protagonizada por Halle Berry (Giacinta "Jinx" Johnson) y Pierce Brosnan (**James Bond, Tan-Sun Moon es capaz de cambiar su apariencia gracias a la terapia génica. Según la cinta, esta técnica permite realizar "trasplantes de ADN" con los que el villano adquiere una nueva identidad, la de Gustav Graves.
Esta capacidad tampoco es posible, ya que la terapia génica sólo puede modificar determinados genes para evitar, por ejemplo, problemas como la ceguera. En ningún caso su aplicación podría permitir la alteración de un genoma completo. La película de James Bond también plantea un interesante debate ético: ¿deberíamos, de ser posible en el futuro, utilizar la terapia génica más allá de los fines médicos?
El elixir de juventud
En la recién estrenada The Age of Adaline, película en la que participa Harrison Ford, se cuenta la historia de Adaline Bowman, una joven nacida a principios del siglo XX que, tras sufrir un accidente de coche, se conserva igual que cuando tenía la edad de 29 años. La cinta plantea un buen interrogante: ¿qué ocurriría si tuviéramos a nuestro alcance la eterna juventud?Los telómeros son los capuchones de nuestros cromosomas que protegen nuestro ADN
Esta posibilidad, explicada en la obra dirigida por Lee Toland Krieger mediante los telómeros y la telomerasa, es uno de los sueños de todo ser humano: no envejecer nunca, permanecer siempre jóvenes. Estos peculiares "relojes de tiempo", una metáfora también empleada en la película In Time, son en realidad los capuchones que protegen nuestros cromosomas.
Los capuchones, también conocidos como telómeros, protegen nuestra información genética. Cuando las células deben copiar el ADN, la máquina encargada de hacerlo comete demasiados errores, de forma que, en cada división celular, los telómeros se van acortando. Para evitar que lo hagan, una proteína llamada telomerasa va añadiendo copias de ADN. Pero su actividad se restringe a momentos muy particulares, como el desarrollo embrionario.
A medida que vamos envejeciendo, la telomerasa no funciona y los capuchones de nuestros cromosomas se acortan de manera irremediable. Con la excepción de las células cancerosas, que son capaces de reactivar las proteínas de forma que estas células tumorales son también conocidas como "inmortales". Lo que propone la película protagonizada por Blake Lively es que la joven Adaline no envejece porque el accidente que sufrió hizo que sus telómeros frenaran su acortamiento.
Hoy en día, a pesar del importante papel de los telómeros y la telomerasa, sabemos que el **envejecimiento** es un proceso molecular mucho más complejo e irreversible. Algunos recientes avances nos permiten soñar con que quizás algún día hallemos el "elixir de juventud", pero de momento, el secreto de Adaline no deja de ser una entretenida simplificación errónea, que completa nuestro listado de fallos de películas y series.