Los auriculares con cancelación de ruido son toda una tendencia en el mercado. Si echamos un vistazo a cualquier catálogo, verás que la mayoría de marcas de audio están ofreciendo productos de cada vez más variada gama con noise cancelling, es decir, que ya no son solo un dispositivo premium. Haz la prueba con Bose, Sony, Audio Technica, Sennheiser, Philips, Harman o AKG. Todos tienen los suyos. Diferentes precios y calidades, pero el objetivo es el mismo: quita del medio ese ruido de fondo tan molesto y deja que disfrute de mi música sin interferencias.

Y es aquí donde llega el momento de hablar del uso que podemos darle a unos audífonos de este tipo. Uno de los más populares es el de llevarlos puestos por la calle. Aparte de que parecen haberse convertido en un complemento de moda más, pasear por grandes ciudades puede ser todo un estrés para el que guste de escuchar las "Cuatro Estaciones" de Vivaldi. Motos, camiones, cláxones, bullicio, sirenas. Nada de eso es compatible con esos magníficos violines. Entonces, ¿por qué no aceptar con los brazos abiertos unos buenos auriculares on-ear con cancelación de ruido? Además, a mucha gente le resultan más cómodos y si ya son bluetooth, la decisión parece clara.

Los auriculares noise cancelling son maravillosos, pero no para usarlos por la callePensemos ahora en todo lo que pasa a tu alrededor cuando vas por la calle. Desde ese coche que aparece de improviso mientras cruzas, pasando por el típico ladrón que aprovecha aglomeraciones para robarte sin que te des cuenta o, en general, cualquier situación en la que el ruido sirve de sistema de alerta. Obviamente, esto no aplica tanto en un pueblecito de 100 habitantes como en urbes con un mínimo de actividad, pero la realidad es que si te aíslas gracias al noise cancelling (más aún si decides escuchar a un volumen considerable tu música) estás más expuesto a que te suceda algo malo porque estás anulando uno de tus sentidos más útiles.

Ojo, no quiero ser catastrofista ni voy a citar ningún estudio que afirme que un tanto por ciento de la gente que muere todos los años o tiene accidentes en la calle llevaba audífonos on-ear. Simplemente es ser objetivo, realista. Si escuchas lo que te rodea, tienes más margen de maniobra que una persona 'sorda'. Imagina que, para seguir complicando la situación, montas en bicicleta y llevas uno de estos auriculares. Con total seguridad te acabará pasando algo antes o después. Es como si vas conduciendo de noche, sin una de tus luces frontales y sin mirar los espejos retrovisores.

¿Prohibidos entonces los auriculares on-ear? ¡En absoluto! Son ideales para cuando vas en avión, tren o cuando tienes una molesta obra al lado de casa. O simplemente para cuando de verdad no quieres escuchar nada más que tu música y no haya algo más de lo que estar pendiente. Y esto no es solo por ti, sino porque cuando vas por la calle también influyes en los demás. El señor que te pide paso por favor porque lleva prisa (o la bici y ese pitido para que te apartes de su carril), el grito de una persona mayor que se ha caído y no puede levantarse, o alguien que pide socorro, (sí, no es algo que solo suceda en las películas) o el golpetazo previo a esa pelota que se dirige a la parte posterior de tu cabeza. Ríete, pero si en algún momento te ves en alguna de estas situaciones no desearás tener ningunos on-ear puestos.

Aunque suene a consejo de abuelo o mamá paranoica: si vas por la calle, hay demasiadas cosas pasando a tu alrededor como para taparlas con cancelación de ruido y un buen disco. Si quieres escuchar música por la Gran Vía de Madrid, hazlo, pero asegúrate de dejar que se cuele un poquito de ruido.