Quién iba a pensar que en las dos últimas décadas los robots con cierta inteligencia estuviesen tan presentes en nuestra vida diaria y sobre todo en nuestros hogares. Quizá, los pronósticos de la ciencia ficción nos decían que a estas alturas ya tendríamos robots con apariencia humana y plenas capacidades cognitivas y emocionales. Sin embargo, aunque ya están aquí, no se parecen ni de lejos a un humano. Muchos de ellos pasan desapercibidos o incluso se basan en versiones actualizadas de aparatos que llevan años entre nosotros: lavadoras, aspiradoras...
Pese a esto, poco a poco están saliendo de sus fronteras con la firme intención de convertirse en un miembro más de la familia. Al más puro estilo de la película de "El Hombre Bicentenario", los nuevos robots están intentando, en medida de sus capacidades, mostrar emociones y empatía con las personas.
Aunque los robots aún no son capaces de tener autonomía, para el sector de las startups su desarrollo es uno de los más relevante para 2015
Ya tenemos algunos ejemplos, para todos los gustos, que nos pueden ir orientando en lo que habrá de venir en los próximos años. Pepper, un robot japonés creado por Softbank y Aldebaran Robotics, ya ha empezado a venderse por unos 1.400 euros y es capaz de realizar tareas sencillas de forma autónoma y tener sentimientos. Aisoy Robotics y Juguetrónica, dos propuestas españolas que buscan desarrollar la creatividad de los niños. El también japonés Asimo, desarrollado por Honda y que sí que tiene apariencia humana, tiene como fin último es interactuar con los seres humanos. Y el último más popular, Jibo, que acaba de recibir 3,7 millones de financiación en una campaña crowdfunding y es una de las empresas de robótica con más fondos recaudados en 2015. Este curioso ojo robótico para el hogar tiene como función hacer de asistente y compañero de todos los miembros de la familia, puede llegar incluso a aprender de las costumbres y gustos de sus dueños para adaptarse a sus necesidades en cualquier momento.
Esos son algunos de los miles de modelos y prototipos que se han ido probando, y algunos incluso comercializándose, durante los últimos años. De momento, todos han estado enfocados a una cuestión esencial: hacer compañía al ser humano, más que a realizar tareas domésticas.
Según el Foro Económico Mundial de 2015, la próxima generación de la robótica es una de las 10 tecnologías emergentes para este año y los venideros, lo cual sitúa a este sector como uno de los más atractivos tanto para inversores como para emprendedores. El reto ahora mismo se encuentra en, aparte del diseño y la estética, el desarrollo de mejores sensores y sobre todo del descenso de los precios de fabricación y, sobre todo, de la venta de estos artilugios.
Además, y de acuerdo con los datos publicados por Crunchbase actualizados hasta el primer trimestre de 2015, las inversiones de Venture Capital revelan que ya solo en 2014 se registraron 78 rondas de financiación por un importe total de 484 millones de dólares. Durante el primer trimestre del presente año ya contamos con 14 rondas por 97 millones de dólares. Por tanto, de seguir esta progresión es probable que la tendencia sea superar a la de los años anteriores, siendo un sector en alza.
Como suele ser costumbre, Asia sigue siendo el dorado de las inversiones y el desarrollo de las tecnología domótica, pero eso no quiere decir que no haya mercado para este tipo de empresas a nivel global, ya que los niveles de aceptación de estos aparatos, y por tanto su introducción en nuestros hogares crece cada año.
La mala noticia es que por el momento, y en las próximas décadas, los robots que tengamos no podrán hacer todo lo que queramos, simplemente podemos aspirar a que nos hagan compañía. La buena es que están lejos de dominarnos.