Con todos ustedes, Montsechia vidalii | David Dilcher

El equipo de paleobotánicos de la Universidad de Indiana liderado por David Dilcher y otros profesionales europeos, ha descubierto la que podría ser la flor más antigua del mundo. Se trata de un ejemplar de Montsechia vidalii, una planta de agua dulce que tendría entre 125 y 130 millones de años y cuyos restos, en total más de 1000 fósiles, fueron encontrados hace cien años en la Sierra del Montsec (Pirineos) y en los depósitos de piedra caliza del centro de España, en la Cordillera Ibérica.

El descubrimiento ha sido publicado en Proceedings of the National Academy of Sciences y plantea muchas cuestiones sobre cómo surgieron las primeras flores en la Tierra y cómo impactaron en la evolución del resto de flora y fauna.

La planta acuática en cuestión era común en lagos de agua dulce de lo que hoy son regiones montañosas y se juega el puesto de 'primera flor de la Tierra' con la Archaefructus sinensis, otra planta de agua, esta vez encontrada en China. Sin embargo, como apunta Dilcher: "Técnicamente, lo de la primera flor es un mito, como lo es el primer ser humano, pero teniendo en cuenta estos nuevos análisis, sabemos ahora que la Montsechia vidalii fue contemporánea a la Archaefructus sinensis, si no más antigua".

Por qué es importante

Este nuevo hallazgo es importante por varios motivos. El primero: demuestra que los anteriores análisis aplicados a los fósiles de Montsechia vidalii eran erróneos. Gracias a esta reinterpretación de los restos de esta planta, realizada con ayuda de estereoscopios, microscopios ópticos y microscopios electrónicos de barrido, se abre una nueva ventana a la investigación sobre las flores más antiguas del planeta, las angiospermas, y su impacto en la expansión del resto de flores por todo el mundo.

Es relevante también porque la Montsechia no tiene partes de flor a la vista y no levantaba especial atención. A pesar de ser una angiosperma (y como algunas existentes hoy día), no posee pétalos ni estambres, y vivía bajo el agua. Contenía una única semilla -algo típico de las angiospermas-, que brotaba al revés de lo normal, como se puede comprobar en esta recreación de Óscar Sanisidro.

Recreación de la Montsechia vidalii, por Óscar Sanisidro
Recreación de la Montsechia vidalii, por Óscar Sanisidro

La descendiente más probable de la Montsechia sería la Ceratophyllum, que más de uno tendrá probablemente en el acuario de casa como adorno del hábitat de sus peces. Por supuesto, ahora se trata de seguir investigando la conexión entre ambos parientes.

Vía: Phys