Seguro que te has visto más de una vez en la situación en la que intentas recomendarle una serie o una película a alguien, pero no puedes decirle realmente de qué va porque entonces le estropearías todo el argumento y la magia de verla. Bueno, algo así sucede con Wayward Pines, la serie que Fox estrenó a mediados de mayo y que, tras diez episodios, recién terminó la semana pasada.
No vamos a hacer ningún spoiler de la trama, pero comentaremos los elementos de la serie que pueden servir para convencerte a verla o para pasar completamente de ella.
Bienvenido a Wayward Pines, donde el paraíso es tu casa
Esta es, resumidamente, una de las primeras secuencias de la serie:
La premisa es: Ethan Burke (encarnado por Matt Dillon), un agente del Servicio Secreto de Estados Unidos que tiene la misión de investigar la desaparición de dos agentes compañeros que fueron vistos por última vez en la pequeña ciudad de Wayward Pines, Idaho. De repente, se despierta después de un accidente de coche y aparece en las calles de Thriller, misterio, ciencia ficción. Todo en uno
la ciudad desorientado y magullado. Acude a una posada para llamar por teléfono a sus superiores y a su familia, pero no lo consigue. Cuando intenta abandonar la ciudad, tampoco puede hacerlo por motivos que no compartiremos ahora. Tras pasar resignado unas horas en la ciudad, descubre el cadáver de uno de los agentes que venía a buscar y, con él, empieza a conocer las retorcidas reglas por las que la ciudad se rige y a la persona que se encarga que la ley se cumpla, un shérif que no tiene problemas en ejecutar públicamente a cualquier persona que intente escapar o que traicione al pueblo. A partir de aquí, la historia toma inercia y no para hasta el último episodio.
Lo bueno
- Misterio e intriga. Los primeros capítulos están llenos de suspense. En todo momento tienes la sensación de que hay algo raro en la ciudad, como si hubiera algo escondido. Y, de hecho, una de las mejores cosas que tiene es que vas descubriendo poco a poco, con cuentagotas, una serie de detalles que abren todavía más posibilidades y que te dejan más intrigado. Mientras tanto, se nos van presentando los personajes principales, que son otro de los puntos fuertes.
- Personajes sobreactuados, pero muy apropiados para la ambientación. La impavidez del hijo de Ethan, la enfermera loca que parece sacada de una película de terror o el propio Ethan, el cowboy americano que se siente el héroe hipermasculinizado que va a solucionar todo, son solo varios ejemplos de unos arquetipos muy fuertes dentro de los personajes principales, pero que funcionan bien junto a la oscura y tenebrosa ambientación. Por momentos, tienes la sensación de estar viendo una película de miedo; en otros parece novela negra y, finalmente, en otros parece un thriller. Y tú sigues igual de despistado que al principio.
- Fotografía e iluminación. Aunque no tiene una estética 100% reconocible como sucede en 300 o Sin City, sí tiene un tratamiento muy característico de la luz, que siempre se muestra muy tenue y con predominancia de los tonos fríos. La oscuridad (y la inteligencia a la hora de iluminar solo determinados puntos), la penumbra y un sol que parece muy frío juegan un papel tan importante como los personajes o la propia trama. Intenta verla a toda la calidad que puedas. Merece la pena.
- Puntos de giro brutales. Si te gustan las historias que van a más, entonces Wayward Pines tiene lo que buscas. Tiene unos cambios de guión que te dejarán con la boca abierta y te aseguro que no te esperarás en absoluto qué va a ser lo siguiente que va a pasar. Y lo mejor es que siempre encuentran el mejor momento para dar ese punto de giro, ese aspecto que, cuando conoces, te deja así más o menos:
Lo malo
- Verosimilitud. En lo que también se conoce como suspensión de la incredulidad (suspension of disbelief) es en lo que más fallos le veo a la serie. Teniendo en cuenta que con el paso de los minutos va adquiriendo un componente mayor de ciencia ficción, es muy importante que atrape al espectador y que establezca unas normas para que este acepte que lo que está viendo es totalmente inventado, pero a la vez se meta en el papel. Y aquí es clave que no haya distracciones, que no haya nada que te rechine. El problema de Wayward Pines es que tiene elementos de argumento muy fuertes (fuertes en el sentido de hardcore) y te los muestra sin preaviso, como si fueran así porque al guionista le dio por ahí, porque le apetecía sin más. Se echa en falta algo más de contexto, algo más de sutileza a la hora de plantear según qué situaciones y, sobre todo, un mayor cuidado a la hora de presentarte unos hechos muy improbables que no te queda más remedio que creer para no perder interés en el resto de la serie.
- Poca profundidad. Al principio se comentó que habría seguro una segunda temporada (algo que no sé cómo es de tangible teniendo en cuenta que la serie es una adaptación de la trilogía de novelas Wayward Pines de Blake Crouch), pero Fox lleva ya un tiempo manteniendo un silencio algo sospechoso. Eso explicaría que no se profundice tanto en unos personajes muy interesantes y que darían mucho de sí, o que la trama se acelere demasiado en los últimos episodios, tanto que no te da tiempo a digerir ESE final (que no contaremos, claro). Se une también con lo que hemos comentado sobre la verosimilitud en el punto anterior.
- Hechos totalmente prescindibles. Hay un momento en la serie en el que un personaje se asoma desde un sitio y recibe un golpazo enorme de una piedra que, casualmente, caía por ahí. Es una acción que se toma como detonante para algo que pasa después, pero es un momento tan absurdo que rompe todo el clímax de lo que estaba pasando. Y sí, hay alguno que otro más en tan solo diez episodios. Una de dos, o hay guionistas graciosos, con poca creatividad o las dos cosas. O en realidad sucede así en los libros y entonces hay que culpar al autor, Blake Crouch. Pero, por favor, si quieres meter un guiño o hechos azarosos, intenta que no rompa la credibilidad de lo que estás mostrando.
Veredicto
Haciendo balance, he disfrutado viendo la serie, pero hay que reconocer que la primera mitad te atrapa mucho más que la segunda, en la que ya sabes ciertas cosas que, con lo malo y lo bueno que hemos comentado, la convierten en un producto con unos altibajos demasiado pronunciados. Peca de inconsistente en ciertas ocasiones (eso es malo, casi delito), aunque la trama es bastante sorprendente y creativa (arte). El final sienta las bases para una segunda temporada en la que pueden pasar muchas cosas así que, en general, recomendaría verla si estás cansado de las típicas series de siempre.