El Galaxy S6 y Galaxy S6 Edge son el último ejemplo de smartphones que se pueden cargar sin cables.

La carga inalámbrica es para muchos presente en el proceso de cargar un smartphone, pero para muchos otros entre los que me incluyo, futuro. Futuro porque hasta ahora los estándares existentes en el mercado distaban mucho de lo que realmente deseamos tener en nuestro smartphone, empezando por los tiempos de carga y el calentamiento al que se suele someter a los terminales, siendo el proceso sin cables, pero no totalmente libre. Sin embargo, desde hoy lo veo más cercano, pues el Wireless Power Consortium, el organismo encargado de los estándares de carga inalámbrica Qi, ha mostrado que la última iteración de Qi ya permite suministrar hasta 15 W de potencia.

Lampara de Ikea con cargador inalámbrico Qi incorporado.
Lámpara de Ikea con cargador inalámbrico Qi incorporado.

Con esta novedad, el estándar Qi se pone a la altura de soluciones de carga rápida como la que incluye el Samsung Galaxy S6 o la carga rápida de Qualcomm, pudiendo cargar hasta un 60% de una batería en tan sólo 30 minutos (dependiendo del terminal), algo hasta hace mucho tiempo impensable. Además, según confirman en el comunicado, los nuevos cargadores también serán compatibles con gadgets que tengan versiones de Qi anteriores, por lo que no se producirá fragmentación en el mercado. Todo esto debería servir para que muchos otros productos de electrónica también adoptaran el estándar.

Como decía al comienzo, pienso que la carga inalámbrica aún tiene sus desventajas, sobre todo si comparamos con los 100 W que se pueden llegar a suministrar a través de USB 3.1 Type-C, pero al menos, muchos ya nos plantearemos tener una base de carga en la mesa de noche. Donde me parece que la carga inalámbrica tal y como la conocemos va a brillar es en la integración con muebles, como anunció IKEA. Creo que **esa invisibilidad es la que los consumidores buscamos cuando llamamos inalámbrico a algo, y está cada vez más cerca.