En otro episodio de la larga guerra de Putin contra las libertades en línea, el mes pasado una corte rusa declaró ilegal y ordenó el bloqueo de RosKomSvoboda, la página de una organización de derechos humanos, sobre la base de que el funcionamiento de la misma era asimilable al de un anonimizador, es decir, que ésta era una herramienta que podía ser usada para acceder a contenidos y sitios web que podrían estar bloqueados en Rusia. La causa de la sentencia fue, específicamente, una sección que explicaba cómo sortear el bloqueo por IP para acceder a ciertos sitios bloqueados.
A pesar de que la ley rusa no prohíbe, hasta el momento, la existencia y uso de anonimizadores, esta sentencia podría convertirse en el primer antecedente para bloquear otras herramientas que desde el punto de vista técnico -y a diferencia de esta página- sí constituirían anonimizadores, como Tor, o directamente webs como Anonymous o HideMyAss.
La discusión con respecto al uso y prohibición de anonimizadores y VPNs en Rusia ya es de larga data. En 2013, se habló de la posibilidad de crear una ley para prohibir Tor y los servidores proxy. El año pasado, el Ministerio de Interior ruso ofreció una recompensa de alrededor de $100.000 para quien fuera capaz de descifrar los datos enviados a través de la red de Tor. Por último, en febrero pasado, el diputado Leonid Levin reiteró que era necesario restringir las herramientas usadas para sortear la censura, como Tor y VPNs.
La censura en Rusia
Rusia practica el filtrado selectivo de contenido y el bloqueo de páginas web desde el año 2010. En 2012, fue aprobada la llamada "Ley de Restricción de Internet", la cual reemplazó el procedimiento de bloquear sitios a través de órdenes emanadas de fiscales, con una lista negra de sitios web. Esta lista comenzó restringiendo sitios de pornografía infantil, tráfico de drogas y promoción del suicidio, y fue siendo ampliada en posteriores ocasiones para incluir otro contenido considerado ilegal, como contenido extremista, y actualmente, cualquier página web que sea sujeto de una orden de silencio de un tribunal, un procedimiento que, por supuesto, es abusado con frecuencia para prohibir contenidos críticos a la administración pública nacional o local.
La guerra de Putin contra los memes
Más recientemente este año, Rusia prohibió todo tipo de parodia que utilice la imagen de figuras públicas. Si bien esto se entendió en todo el mundo como una "prohibición de los memes", esta interpretación no es exactamente correcta, por cuanto, por una parte, no todos los memes están prohibidos (aquellos que no se consideren "ofensivos" no deberían ser objeto de solicitudes de remoción) y por otra, no se refiere sólo a los memes: se prohíben, por ejemplo, las cuentas paródicas a figuras públicas en redes sociales. Al igual que las leyes de difamación usadas en otros países, esta restricción tiene como finalidad controlar la imagen de sus figuras públicas, en especial de sus funcionarios de alto rango: se considera "ofensivo" utilizar imágenes de estas personas junto con textos que "no tienen que ver con su personalidad o carácter".
Cualquiera con dos dedos de frente y un leve conocimiento del funcionamiento de Internet se dará cuenta de que prohibir los memes con respecto a algo o alguien específico sólo puede traer un incremento de ese tipo de contenido: es el efecto Streisand funcionando a todo lo que da. Sin embargo, al igual que muchos otros gobiernos, el de Rusia parece entender sólo parcialmente la manera en la que Internet funciona, y sigue intentando ponerle puertas al campo.