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No todas las personas están dispuestas a hacerse a las nuevas tecnologías, a integrarlas en su dinámica de trabajo y en su tiempo de ocio; y en el mundo de los lectores, aún persiste cierto romanticismo con los libros analógicos que empuja a sus amantes a mirar con algo de desprecio a los ebooks. Veamos cuáles son las razones de esto y cuáles son las ventajas y desventajas reales de los libros electrónicos en la experiencia de la lectura.

Libros no hay más que unos, y a los ebooks los encontré en la red

A un lector pragmático, los motivos que esgrimen los bibliófilos clásicos para preferir los libros tradicionales les pueden parecer una sarta de tonterías. Pero no hay que olvidar que, para ellos, el placer de la lectura también está en los detalles que rodean el acto de sentarse a disfrutar de un libro.

- La adquisición de una obra: ir a una librería o a una biblioteca pública y dedicar una hora a pasearse entre expositores y estanterías en busca de una nueva lectura o varias, (h)ojeando unos cuantos entre la cantidad de libros que allí hay, es un gusto que quizá tenga más que ver con el consumismo puro y duro pero que, de todos Hay detalles que acrecientan el disfrute de la lectura para los bibliófilos clásicos modos, es inevitable en la dinámica de estos lectores. Por supuesto, quienes piden los libros para que se los envíen a casa se privan de esta etapa.

- La biblioteca particular: colocar el último libro adquirido en su estante correspondiente, contemplar el conjunto y manosearlo cada vez que a uno se le antoja, una delicia para los románticos del papel con espíritu de coleccionista.

- El propio libro y la lectura: observar el volumen, toquetearlo, deslizar la mano por el lomo y los dedos por la portada y la contraportada, pasar sus páginas rápida o lentamente, olerlas, detenerse en algún pasaje y aplicarse luego en leer la obra y comprobar de un solo vistazo las páginas recorridas, un gustazo para los bibliófilos de siempre, ya casi más erótico que romántico si lo exponemos así.

Para los amantes de los libros analógicos, adquirir una obra en formato digital por internet, en tiendas virtuales o páginas especializadas en su intercambio o distribución, y usar un lector de ebooks les arrebata el encanto de visitar las librerías y las bibliotecas físicas, el de ordenar y admirar su propia colección de libros en sus estanterías y el de los pequeños manejos con los que les deleita un volumen durante la lectura.

Pero será mejor que ahora nos olvidemos del romanticismo y nos ocupemos de la utilidad real en la disyuntiva entre usar ebooks o los libros de toda la vida.

Lectores con los pies en la tierra

ventajas de los libros electrónicos
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Si nos centramos en lo que de verdad importa en el hecho de que nos sirvamos de libros para ampliar conocimientos o, sencillamente, disfrutar de la literatura, parece indiscutible que nos conviene todo aquello que nos facilite la dinámica de la lectura y no la convierta en un engorro si nuestra hambre de libros se nos va de las manos.

- Adquirir un libro digital por internet nos evita el tiempo de desplazamiento a las librerías o bibliotecas públicas. No obstante, a no ser que busquemos una obra muy concreta y nos hagamos con ella en un ratillo, depende enteramente de nosotros el tiempo que dediquemos a buscar nuestras próximas lecturas sea inferior al que dedicaríamos en un establecimiento.Los ebooks nos facilitan la dinámica de la lectura en varios aspectos importantes

- Las obras clásicas sin derechos de autor son gratuitas, por lo que nos ahorramos el coste de la edición en papel.

- Almacenar muchísimos ebooks en un lector o en la cuenta virtual de cualquier servicio de adquisición nos salva de la consabida acumulación de libros de papel por toda la casa; si sois lectores voraces, estoy seguro de que sabéis a lo que me refiero. Además, nos libramos de llenar y transportar cajas y cajas de volúmenes en las mudanzas, y ahorramos espacio y peso en nuestras mochilas, bolsos y maletines durante los desplazamientos diarios y en la maleta de los viajes ocasionales o para estancias prolongadas fuera de nuestra residencia habitual.

- No son necesarios marcapáginas ni inevitable deteriorar los libros subrayando fragmentos que nos interesen con bolígrafos, lapiceros o rotuladores, tampoco amontonar papeles apuntándolos y la forma es más rápida y cómoda: los ebooks señalan dónde nos hemos quedado en la lectura, permiten subrayar pasajes y eliminar el subrayado más tarde y, por supuesto, es posible copiar un texto y pegarlo en otro documento e incluso compartirlo directamente en redes sociales.

Pero las lecturas, claras

ventajas de los libros electrónicos
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A pesar de todas estas ventajas del ebook, hay que tener claro que la lectura es un proceso lento: normalmente, tardamos al menos varios días en leer completo un libro, por lo que la ventaja de disponer de muchos en un lector de ebooks durante un día rutinario, dentro y fuera de casa, se desvanece porque no nos hace falta más que el que tenemos a medias. Y el ahorro de espacio y peso en mochilas y demás es relativo, dado que depende de cómo sea el volumen en cuestión.Las ventajas del libro electrónico chocan con lo que hace disfrutar a un romántico del papel

Además, a nuestro cerebro le cuesta más leer en una pantalla si está acostumbrado al papel y la sensación de avanzar en la lectura, fundamental para el disfrute, está muy relacionada con el grueso de páginas recorridas que vemos en un libro analógico. Sin embargo, tenemos la suerte de que nuestro cerebro es maleable; a todo se acostumbra uno cueste lo que cueste, y cuanto antes empiece y menos años lleve a las espaldas, mejor: los nativos digitales más jóvenes prácticamente no tienen problemas en ese sentido.

No hay duda de que las virtudes pragmáticas del ebook, que son indiscutibles, chocan frontalmente con los detalles que a un romántico del papel le aumentan la satisfacción de la lectura. Pero, según un estudio de la consultora Mintel en el Reino Unido, la mayoría de los lectores de ebooks también leen libros en papel, les da igual el formato y lo que consideran más determinante en su elección, en realidad, es su precio. Así, las ventas de ebooks no perjudican a las de libros impresos, y permaneciendo la oferta, cada uno, ya sea un lector pragmático, un amante del papel o un devorador de libros flexible, podrá seguir eligiendo lo que más le convenga.