La guerra por conocer cual será el tipo de batería que veremos instalada en los coches del futuro no ha hecho más que comenzar. Cada dos semanas sale a la luz una nueva tecnología o una actualización de una anterior que mejora todo lo que hemos visto hasta la fecha y nos da unas esperanzas increíbles para soñar con un futuro eléctrico no tan lejano.
Pero la ilusión se desvanece cuando a los pocos meses dejamos de tener noticias de esos maravillosos descubrimientos y los fabricantes nos devuelven a la realidad cuando presentan los coches del futuro con la tecnología que ya conocemos, al menos en materia de hibridación y electrificación. Por ejemplo, el pasado mes se mostraron tres vehículos eléctricos (adaptados de modelos de producción) que apuestan por la hibridación de bajo costo como solución para reducir la contaminación en las ciudades y aliviar un poco el bolsillo de sus conductores.
Estos vehículos tienen una instalación eléctrica de 48V y las baterías una capacidad 12.5KW.
Estos vehículos tienen varias características que puede que sean más realistas de lo que estamos acostumbrados. Lo primero es que equiparían baterías de plomo-carbono en lugar de las de iones de litio. Aquí tenéis los cinco motivos que considero importantes en esta decisión:
1. Su rendimiento a alta velocidad cuando la carga de las baterías no es completa.
2. Su capacidad para funcionar correctamente en temperaturas bajo cero.
3. No necesitan un sistema de refrigeración activo y con uno pasivo es suficiente.
4. Son más económicas que las baterías de iones de litio.
5. Son las baterías que mayor porcentaje de reciclabilidad tienen.
Pero vamos a intentar comprender estas cinco cualidades y porqué acabaremos viendo esta tecnología en muchos de los próximos coches híbridos. Comenzaré con la temperatura y es que si este compuesto permite a los coches híbridos tener un funcionamiento óptimo a temperatura tan bajas como los -30ºC, algo que no consiguen las de iones de litio, hace que estos vehículos puedan llegar a mercados algo peculiares como el cinturón del norte de los Estados Unidos y algunas regiones de Europa o Asia.
La refrigeración activa necesaria para las baterías de iones de litio no es necesaria en las baterías de plomo-carbono y tan solo necesitan un sistema de refrigeración pasivo, por lo que el coste se reduce significativamente. El hecho de que las baterías de plomo-carbono sean más reciclables, hasta en un 99%, que las iones de litio, ayudan a que su coste sea menor, por la segunda vida que pueden llegar a tener.