La geolocalización de imágenes es, a día de hoy, bastante sencilla. Basta con tomar algunos de los metadatos de la imagen para aproximar la posición desde la que se ha tomado o lo que se ve a través de la misma; mucho más fácil si los metadatos incluyen la localización GPS de la que presumen muchas cámaras del mercado y casi la inmensa mayoría de los smartphones. El el campo del vídeo, esto es un poco más complicado, la inclusión de diferentes cortes o el añadido de planos tomados desde otra posición -o con otra cámara- dificulta enormemente la tarea de geolocalizar vídeos. Hasta ahora.
Un grupo de científicos de la Universidad Ramón Llull (Barcelona) ha desarrollado un algoritmo para geolocalizar y situar en un mapa lo vídeos que no indican o no incluyen metadatos de donde se han tomado aunque en las escenas no aparezcan lugares fácilmente reconocibles a primera vista, y que utilizando un método se basa en el registro de sus imágenes o frames y todo el audio.
“En este ámbito utilizamos algunos vectores físicos y matemáticos heredados del campo de reconocimiento de fuentes acústicas, porque ya han demostrado buenos resultados” - Xavier Sevillano, uno de los autores del algoritmo.
En este sentido, todos los datos obtenidos del vídeo se agrupan en clusters para que el algoritmo los compare con otros vídeos geolocalizados previamente y así poder determinar la ubicación del lugar que se esta observando en los mismos. Se han utilizado como referencia más de 10.000 secuencias de vídeos de la base de datos de vídeos MediaEval Placing task, de forma que se utilizan los videos más parecidos audiovisualmente para encontrar coincidencias y localizar sus coordenada más próximas.
Lo más interesante es que, pese a que la base de datos es limitada, el sistema es capaz de geolocalizar vídeos con un 3% de precisión dentro de una radio de diez kilómetros respecto a punto geográfico y de un 1% dentro del radio de un kilómetro, se trata de un exactitud mucho mejor que las se había hasta ahora.