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fascinar.

(Del lat. fascināre).
1. tr. Engañar, alucinar, ofuscar.
2. tr. Atraer irresistiblemente.
3. tr. Hacer mal de ojo.

No sabemos con certeza con cuál de estas acepciones de la Real Academia de la Lengua te quedas, pero lo que queda fuera de toda duda es que Steve Ballmer es un personaje fascinante. Sí, puedes detestarlo con todas tus fuerzas y explicar que su gestión ha sido desastrosa en el pasado, pero este gigantón de 1,96 metros y voz campanuda a buen seguro que no te dejaría frío en un encuentro cara a cara. Uno siente casi nostalgia de sus intervenciones públicas, muchas de ellas convertidas ya en fenómenos virales, o en su condescendiente sonrisa al intentar ridiculizar al iPhone en un lanzamiento, un iPhone que, en buena medida, fue la mecha de la carga que dinamitó su controvertido mandato como CEO en Microsoft. Genio y figura, imposible olvidar aquella camisa azul chorreando de sudor y su aspecto extenuado al grito de "Develooooppeeers!"

Pues bien, cuando ya lo teníamos en el almanaque de los recuerdos, el bueno de Ballmer ha vuelto a asomar, como siempre involuntariamente, en los perfiles de las redes sociales. Y nuevamente, imposible ignorarlo. El suceso ha tenido lugar esta misma semana cuando los Clippers (recientemente adquiridos por nuestro protagonista), se enfrentaba a los Lakers en el Staples Center. Todo transcurría fiel al guión cuando Fergie bajó a la arena para amenizar uno de los descansos con uno de sus temas. Clamor generalizado entre el público, pero en especial en la figura de Ballmer, que no pudo contener sus impulsos y se puso en pie a bailar de una manera... en fin, a lo Ballmer. El ex CEO de Microsoft no parecía conocer bien la letra, pero en el vídeo puede escucharse inequívocamente su atronadora voz cantando "lalala".

YouTube video

En el fondo, admiramos su pasión

¡Jajaja! Es difícil evitar reírse ¿verdad? Ver un gigantón de 58 años bailar exageradamente y con una torpeza inimitable es carnaza para una carcajada fácil, y de hecho, nuestra estrella logró robar el protagonismo a la cantante. Prueba si no, buscar en YouTube "Fergie Staples" y te sorprenderá (o tal vez no), quién protagoniza los primeros resultados. Ballmer, ya retirado, la volvió a liar y su torpe baile recorrió las redes sociales como la pólvora. Genio y figura. Nos reímos mucho pero en el fondo, una parte de nosotros admira su pasión por lo que hace. A esta conclusión llegó Chris Betcher, un bloguero y formador australiano que tuvo la ocasión de formularle una pregunta cara a cara. Nuestro Steve miró a los ojos a este personaje desconocido, y dedicó unos buenos minutos a contestar con todo lujo de detalles las dudas planteadas. Aquel 'encuentro' impactó al australiano.

En otros blogs encontrarás los calificativos de "personaje intenso", y queda patente que al de Detroit le va la marcha. Y mucho. Siendo una de las figuras más acaudaladas del sector, fundamentalmente por las stock options en su etapa en Microsoft, sería fácil imaginarlo paseándose por los campos de golf californianos, entretenido con actividades filantrópicas y dando conferencias, pero ha optado por seguir dando guerra, en esta ocasión como propietario de los Clippers, como antes te hemos mencionado. A la conclusión del partido (con victoria de los Clippers, dicho sea de paso), los medios han corrido a entrevistar a los protagonistas del partido, y entre ellos a Blake Griffin, que ha salido del aprieto con un gráfico "ha bailado como esperaba que lo hiciera", (silencio), "pero su entusiasmo es admirable". Y lo es.

No sabemos si fruto de la anécdota o impactados por el baile, pero los Clippers fallaron las primeras cuatro canastas tras este inolvidable descanso, algo que ha provocado una incómoda sonrisa a Doc Rivers, su entrenador, a quien por cierto también se le ha pedido opinión sobre el ritmo de su jefe y... "nuestra relación es demasiado corta como para estropearla", ha sentenciado. Sonriente y sin perder un ápice de su entusiasmo, esta figura de nuestra era no tiene empacho en reconocer sus sonoros errores con el timón de Microsoft bajo su mando en las diferentes entrevistas que ha ido concediendo desde su salida de la firma. Puedes pensar que es caótico, mal estratega e incluso ridículo por sus excesos en los escenarios, pero no podrás negar el inconfundible atractivo de esta figura de rompe y rasga que algunos ya echan de menos en Twitter. Satya Nadella representa precisamente lo contrario y posiblemente lo que ahora necesita la compañía, pero verle en el escenario es como ir al cine sin palomitas...