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Cada vez hay más, aunque cueste creer. Las rotondas se han hecho fuertes en ciudades e intersecciones de carreteras interurbanas, y te podemos garantizar, que se han ganado a pulso su popularidad. ¿Por qué? Porque se trata de la manera más segura, eficiente y ecológica de regular un cruce. Sí, puedes odiarlas todo lo que quieras, pero lo cierto es que su expansión sólo ha contribuido a mejorar la circulación en todos los aspectos que esta toca. Como bien sabes, la rotonda se compone de una isla circular en el centro y uno o varios carriles que la rodean, y en ella tienen prioridad los vehículos que han accedido a la misma, rodeando la isla en el sentido contrario a las agujas del reloj.

La presencia de este sistema para gestionar el tráfico es masiva en Europa, y poco a poco se van viendo en más países de todo el globo, y como te indicamos, su expansión está más que justificada porque presenta todo ventajas ¿cuáles en concreto?

- Fluidez del tráfico: una de las principales ventajas de las rotondas es su eficiencia a la hora de gestionar el tráfico. A diferencia de los semáforos, los vehículos no se ven obligados a detenerse con lo que no hay esperas muertas y el tráfico fluye en todo momento. La rotonda, permite además gestionar complejos cruces que necesitarían varios semáforos.
- Seguridad: El gobierno estadounidense ha cifrado en 20 los muertos al día por colisiones laterales en cruces regulados bien por semáforos o por señales de stop, una sangría que se ha reducido sistemáticamente por las rotondas. En ellas, los vehículos se ven obligados a reducir notablemente la velocidad debido a la isla central, y con esta reducción, el número de muertes ha disminuido de forma sustancial.
- Coste: Sí, también en esto las rotondas son superiores a los cruces regulados por semáforos, pues tienen un mantenimiento notablemente inferior a los mismos.
- Menor impacto medioambiental: En un cruce regulado por semáforos se obliga a los vehículos a detenerse aunque no sea necesario (es decir, que no venga tráfico en la dirección a atravesar), sin embargo, esto no sucede en una rotonda, que no obliga a detenerse al vehículo salvo lo necesario para incorporarse a la misma. Un motor en marcha detenido innecesariamente supone una emisión innecesaria de CO2.

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La súper rotonda

Sin embargo, las glorietas (como también se les conoce), encuentran también sus puntos flacos en especial bajo dos circunstancias: por el mal uso de las mismas (entradas a velocidad muy elevada, cruces de carril o no uso de los intermitentes), o bien cuando el tráfico es muy intenso en una de las vías de acceso, lo que puede provocar largas colas si la rotonda cuenta con mucha circulación en un momento determinado. Las consecuencias de lo primero las vemos a diario en forma de colisiones (generalmente con poca trascendencia), o bien por esperas innecesarias para incorporarse a la rotonda por el no uso de los intermitentes de los que salen de la misma. Pero para lo segundo, hasta la fecha, no habíamos encontrado soluciones realmente efectivas... ¿hasta hoy? Un ingeniero yemení parece haber encontrado la rotonda perfecta al menos sobre el papel, en la que prácticamente no es necesario detener el vehículo en ningún momento.

Esta nueva idea propone una rotonda alargada en la que la isla es un gran rectángulo en el que se combinan todo tipo de giros, pero con la peculiaridad que te hemos apuntado de eliminar la necesidad de detener el vehículo y conseguir que la circulación sea muy fluida incluso en las situaciones en la que el tráfico sea muy elevado. Esta rotonda elimina también la obligación de circunvalar la isla para hacer un cambio de sentido permitiendo el giro en 'U' en unas condiciones muy elevada seguridad. Para no obligar la detención del automóvil, la rotonda dispone de carriles de acceso que luego se combinan con el tráfico interior, y este puede ser el punto más conflictivo de la misma, sobre todo cuando el tráfico sea muy elevado. Otra de las ventajas de este diseño es que aquí sí es obligatorio reducir la velocidad puesto que se eliminan por completo los tramos rectos, un mal que se vive muy de cerca en las rotondas que cuentan con una leve excentricidad de la isla, lo que permite que muchos vehículos accedan a gran velocidad.

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Lo cierto es que esta nueva rotonda está entusiasmando en las redes sociales, pero no deja de ser ser una propuesta que de momento, sólo ha sido soportada de forma teórica ¿Qué pasará realmente si se llega a construir una rotonda de este tipo? ¿Se respetarán las prioridades realmente? Nos quedará por resolver si alguna autoridad considera la posibilidad de estudiar esta ingeniosa propuesta. Entre tanto, continúa la expansión de las rotondas por todo el planeta, aunque eso sí, en los lugares no habituados a ellas generan muchas suspicacias: en Estados Unidos, la mayoría de los conductores se opone a su implantación en aquellas localidades que no las conocen. Pero... ¿sabes qué sucede tras dos años de funcionamiento de las mismas? En efecto, las adoran.