La polémica en torno al desastre en forma de “protesta” de Greenpeace, que se saldó con un daño irreparable en las Líneas de Nazca, puede tener un final justo, al menos de cara a la opinión pública, ya que la ONG ha entregado a las autoridades peruanas el nombre y las identidades de los cuatro activistas extranjeros que participaron en el destrozo de una parte de Nazca tras la Cumbre Internacional sobre el Clima que tuvo lugar en Lima.

La protesta, que se llevó acabo con la instalación de un enorme mensaje en letras amarillas, instando a controlar el cambio climático y a muy poca distancia de la figura del colibrí, causó un daño irreparablemente en las zonas aledañas a una manifestación cultural de nazca que tiene más de 1500 años, algo que se ha convertido en un símbolo nacional del país andino y un referente cultural para la UNESCO, y que lógicamente desató toda clase de críticas contra la ONG.

Los abogados que representan Greenpeace van a entregar el informe al fiscal peruano. Hemos dicho desde el principio que esta acción estaba mal, era grosera, insensible y no debería haber sucedido. Nos gustaría cooperar con las autoridades peruanas para arreglar las cosas. - Mike Townsley, principal portavoz de Greenpeace Internacional.

Lo más extraño de todo es que esta colaboración con las autoridades peruanas llega más de un mes después de haberse llevado a cabo la acción y el daño, por lo que tal como apuntan diversos sectores, parece que la colaboración de Greenpeace con el Gobierno peruano se ha hecho esperar hasta asegurarse que los activistas culpables del daño en Nazca estuvieran fuera del radar de Perú.

Tal como apuntan desde la propia ONG, parece que el autor intelectual de la acción en Líneas de Nazca fue Wolfgang Sadik, un veterano activista de Greenpeace Alemania, además de los otros dos activistas que también trabajan para Greenpeace Alemania y otro para la delegación de la ONG en Argentina: Martin Kaiser, responsable de todas las acciones de Greenpeace en la Cumbre de Lima, Isis Wiedemann, director de comunicaciones de Greenpeace en la cumbre y Mauro Fernández, un empleado de Greenpeace Argentina que sirvió como intérprete durante la acción de Nazca.

Greenpeace en Nazca

Ahora, con la revelación de los nombres, el gobierno de Perú quiere que sea la ONG la que asumas los costes del daño realizado por sus activistas, según ha comunicado la ministra de Cultura de Perú, Diana Álvarez-Calderón. Veremos en qué termina todo esto.