Marcados para el éxito desde que nacemos. En una sociedad meritocrática no basta con el voluntarismo y la capacidad de trabajo para labrarse un futuro profesional: cada vez se exigen más competencias para asegurarse una carrera profesional digna, y de esta manera, nos embarcamos de forma frenética en una carrera de estudios, idiomas y demás aderezos a nuestro perfil con el objetivo de confeccionar un currículum con posibles de cara a una entrevista de trabajo. Sin embargo, tan pronto como nos embarcamos a la búsqueda de empleo descubrimos que un título universitario puede ser papel mojado a la hora de ponerse a ingresar no sólo las primeras, sino las próximas nóminas en tu vida ¿Merece realmente estudiar una carrera universitaria?
Muchas de las grandes fortunas de Silicon Valley eran pésimos estudiantes
No te preocupes, que no vamos a aburrirte a estadísticas de empleo ni datos relacionados con la tasa de paro de los titulados, pero sí vamos a echar un ojo a la trayectoria de una serie de personas de las que uno no se atrevería a poner en tela de juicio su capacidad. De hecho, muchos de ellos eran pésimos estudiantes y ahora amasan unas grandes fortunas, y nos estamos refiriendo a muchos de los primeros espadas de Silicon Valley. ¿Sabías qué tienen en común Bill Gates, Steve Jobs y Mark Zuckerberg, por nombrar sólo unos pocos? Exacto: carecen de un título universitario, y no hace falta que te digamos que la decisión de no estudiar es, a toro pasado, la mejor que han podido tomar en su vida.
El talento no se mide con títulos
Cada caso es diferente pero tanto Bill Gates como Zuck, acabaron aburridos del rigor y la impostura de la universidad de Harvard. Ellos tenían mejores ideas que la que se presuponía a los adinerados estudiantes que copaban el campus de esta elitista universidad. Otro que también probó no muy convencido la experiencia universitaria fue el mismísimo Steve Jobs, aunque ya sabes que a este gran genio le resultaba muy difícil atender a las explicaciones de otros y él estaba convencido de que podría hacer las cosas mejor, así que también optó por abandonar los estudios en la universidad de Reed y el resto de la historia ya la conoces. Y son muchísimos los ejemplos de talentos que no han necesitado hincar los codos para forjarse un futuro, como también lo hicieron Evan Williams (Twitter) o Jan Koum (WhatsApp).
Llegados a este punto la pregunta es obligada ¿qué aporta realmente un título universitario a un currículum? Puedes pensar que entregar unos buenos años de tu vida al estudio y pagar una matrícula más los costes derivados, suponen un garante del talento de una persona, pero esto no es siempre cierto. De hecho, Google está convencida de que el talento no tiene nada que ver con los estudios. En una entrevista que concedió en su día el responsable de recursos humanos de la firma Laszlo Bock, destacó que lejos de impresionarse con los expedientes académicos, lo que realmente le llamaba la atención eran los que habían renunciado a los estudios pero habían logrado abrirse camino laboralmente por su cuenta. Eso sí era una clara prueba de talento para este directivo.
Pero tampoco caigas en la tentación de pensar que no es necesario, a la vista de los hechos, cursar una carrera universitaria. El propio Bock niega este extremo, sino que defiende que quien opte por estudiar tenga claro lo que quiere sacar de su paso por la universidad. Y si tú mismo has cursado estudios universitarios y tienes la suerte de contar con un trabajo, te habrás visto alguna vez diciendo aquello de "ahora sí aprovecharía mejor la carrera". No obstante, hay que tener en cuenta que los ejemplos que te hemos citado antes son excepcionales, y que el grueso de los mortales contará con un trabajo mejor y, sobre todo, un sueldo superior, si opta por los estudios universitarios. A este respecto, en Estados Unidos se llevó a cabo una macro encuesta sobre la relación del trabajo con los estudios en 2012 y concluye con esto último que te apuntamos: si no eres Bill Gates y aspiras a una vida sin agobios, lo mejor es asegurarse una buena carrera con salidas.