El avance tecnológico en el mercado de smartphones es similar al que vimos en la informática entre la decáda de los 90 y los primeros años de la década pasada. La fuerte competencia lleva a los fabricantes a luchar en cada ámbito, y ello lleva, sin razón aparente, a una guerra de especificaciones. Cuando eso ocurre, se acaba perdiendo el sentido de los avances. Se produce de cara al marketing, pero no de cara a mejorar lo que se entrega finalmente. Hoy hemos conocido por Slashgear que Samsung producirá a partir del próximo año chips de 4 GB de RAM móvil.
Los avances técnicos dan mucha vida a los terminales, pero debe haber una estrategia que el usuario final los aproveche
En principio, como a cualquier persona que valora los avances técnológicos, la noticia me fascina. De hecho, soy el primero que viene defendiendo desde el lanzamiento de los iPhone 6 y iPhone 6 Plus que su mayor problema no es que "se doblan" o su autonomía, sino su memoria RAM, que les permite un desempeño bastante menor en ciertas tareas que el que consigue el iPad Air 2 con sus 2 GB de RAM. La llegada de los 4 GB de RAM móvil tiene además, mucho sentido ahora, tras la llegada de procesadores de 64 Bits a iOS y a Android, lo que permitirá gestionar 4 GB de RAM (aunque no fuese este el motivo del lanzamiento del A7 por parte de Apple).
Pero pensándolo un poco más, esta noticia no puede más que parecerme paradójica. Lo cierto es que aunque sean partes de la empresa completamente diferenciados, que sea Samsung quien traiga los 4 GB de RAM móvil al mercado es, hasta cierto punto, irónico. Muchos fabricantes, como la propia Motorola, HTC, o Sony entregan un gran rendimiento aprovechando más hardware de menos recursos. Un Samsung Galaxy Note 4, con 3 GB de RAM, tiene, en muchos casos tiene ralentizaciones provocadas por la falta de recursos que genera TouchWiz. Así, tenemos un Moto G o un Nexus 4 que a día de hoy aún tienen un funcionamiento más refinado que el percibido en un flagship de los surcoreanos.
En conclusión, más especificaciones, sí, siempre favorecen al usuario. Pero el foco no debe estar nunca puesto en ellas, y en el caso de Samsung lo está. Hemos pasado de tener 512 MB de RAM en el Samsung Galaxy S1 a 3GB en el caso de los Galaxy Note 3 y 4, y la percepción del usuario es en muchos casos, la misma: todo podría fluir mucho más. Es ahí donde se debe mejorar.User Experience First.