Vivimos tiempos revueltos en cuanto a las redes se refiere. Si bien hace poco nos enterábamos de que el fatídico Canon AEDE sigue adelante en España, ahora nos topamos con la decisión húngara de colocar un impuesto de internet para todos los habitantes del país. Total, la cosa es cargar al usuario con tasas injustas a toda costa.
La noticia saltaba tras la revisión del borrador de impuestos para 2015. En el se ve claramente este impuesto de internet, el cual supondría que los proveedores deberían pagar 150 forintos, la moneda húngara por cada gigabyte consumido en tráfico. 150 forintos quivalen aproximadamente a 50 céntimos de euro, lo que puede convertirse en un espanto sin tenemos en cuenta la cantidad de información que consume a diario un usuario medio.
¿Quién pagaría este impuesto de internet?
Aunque en el borrador de impuestos se especifica claramente que este impuesto de internet se cobraría al proveedor, los usuarios no han dudado en levantar la voz en contra debido a que probablemente sean ellos los que terminen pagando el pato. El temor de que los proveedores terminen cobrando los costes de este impuesto de internetEl primer ministro ya ha impuesto otras tasas a sectores como al bancario o al energético
ha unido rápidamente a más de 100.000 húngaros en un grupo de Facebook para protestar. Además, ya hay voces que expresan la intención de levantarse en contra de este impuesto.
Un impuesto que, dicen, vulnera la libertad de uso de internet. Al fin y al cabo son los proveedores los que tienen verdaderamente el toro por los cuernos, por lo que nadie duda que esta tasa "por nada" terminará notándose en el bolsillo del consumidor de una u otra manera. Algo que ya se ha visto en impuestos a sectores como la banca, la venta al por menos el energético y que han terminado por cobrar factura a la población.
Problemas económicos, dinero gratis
La razón detrás de este impuesto de internet y los otros antes comentados no sería otra que tratar de mantener el déficit a raya. Las decisiones tomadas por el gobierno apuntan a exigir unas tasas a los beneficios obtenidos por parte de grandes compañías y empresas. El problema, como también hemos resaltado, es que cuando tratas de cobrar por servicios tales como internet normalmente es el usuario el que termina cargando con el impuesto de diversas maneras.
El impuesto de internet húngaro podría producir más 569 millones de euros anuales
Para justificar el nuevo impuesto de internet, el ministro de economía, Mihaly Varga, ha tratado de justificar que en la era de la comunicación, internet a cambiado la manera en la que usan la red y por tanto los impuestos han de ajustarse al igual que lo han hecho las telecomunicaciones. Una explicación un tanto vaga que cristaliza mucho más si tenemos en cuenta los 20 mil millones de forintos que se esperan obtener con esta medida, según estimaciones oficiales.
Si tenemos en cuenta que en 2013 Hungría alcanzó los 1.168 millones de gigabytes, ya no hablamos de 20 mil millones, sino de 175 mil millones de forintos, es decir, unos 569 millones de Euros según fuentes externas, bastante más que las cifras oficiales. Una cantidad monstruosa de dinero, suponiendo que el supuesto impuesto de internet no sufra cambios de aquí a su aprobación, por el simple hecho de conectarse a internet. Lo que esperamos es que esta decisión, si es que termina por cristalizar, no sirva de ejemplo a otros países que también acostumbran a cobrar por cosas que nos pertenecen por derecho. Y no quiero señalar con el dedo.