Pocas series de televisión logran lo que logró Lost. La creación de J.J. Abrams y Damon Lindelof llegó como una completa sorpresa, engañando a la mayoría del público que comenzó a ver ese episodio piloto, uno de los más costosos de la historia, haciéndoles creer que se trataba de otra serie más de personas que deben sobrevivir y escapar de una isla desierta acompañados de pelotas de Volleyball, pero que terminó siendo una obra maestra, de inicio a fin.
Lost nos relataba la historia de una avión, sus pasajeros, una isla y todas sus vidas que, de una u otra forma, se conectaban en el pasado, presente y... más. El vuelo Oceanic 815 despegó de la ciudad de Sidney, Australia, pero nunca llegó a su destino, la ciudad de Los Angeles, Estados Unidos. Durante seis temporadas todos los sobrevivientes de este avión se encontraron en una isla desierta llena de misterios más allá de la razón, más allá de la cordura, siempre con ganas de regresar a casa.
La Isla
El universo creado por Lindelof para Lost nos atrapó por estar lleno de misterios, incógnitas, suspenso y muchas preguntas, preguntas que para algunos nunca fueron respondidas, para otros la respuesta estaba tan clara como el agua. Lindelof demostró ser mucho más que una gran estafa en la historia de la televisión, y La Isla, ese lugar maldito y bendecido al mismo tiempo, fue su hija pródigo.
La historia de Jack, Locke, Sawyer, Sayid, Hurley y Kate, entre tantas otras, han sido de lo mejor que ha visto la televisión moderna
Cuando los sobrevivientes llegaron a la Isla al estrellarse en ella el vuelo 815 de Oceanic, no tenían ni la más remota idea de qué se iban a encontrar. Desde osos polares hasta un misterioso y macabro grupo de nativos de ese tenebroso lugar, además de misterios y lo que parecían ser "monstruos" que habitaban en el lugar.
Pero la realidad fue distinta, la Isla era mucho más que grupos de náufragos y "monstruos", la Isla incluso había recibido a científicos que realizaron diferentes experimentos para ver qué sucedía en ese extraño lugar, y muchos nunca pudieron salir de ella.
Jack, Kate, Sawyer, Sayid, Hurley, Jin y Sun, Michael y su hijo Walt, Claire, Charlie y por supuesto el gran John Locke, fueron algunos de los sobrevivientes cuyas vidas pasaron ante nuestros ojos por seis maravillosas temporadas, y recibiendo en su camino a nuevos miembros de la historia, personajes tan geniales como Desmond, y tan oscuros como Ben.
4 8 15 16 23 42
Si hay algo que Lindelof sabe hacer es marearnos alrededor de una misma trama, un argumento, sin que tengamos la mínima idea. Las pistas sobre lo que pasaba en Lost estuvieron presentes desde el primer capítulo. Estaban allí, a la vista, solo que muchos no las observamos (citando al gran Sherlock, pero el de Cumberbatch).
4, 8, 15, 15, 23 y 42 fueron los números del ticket de lotería que hicieron millonario a Hugo Reyes, alias Hurley; también eran los números de algunos de los asientos (23, el de Jack, por ejemplo) y también eran los números que debían introducirse en una computadora cada 108 minutos exactamente o sino algo iba a suceder. ¿Bueno? ¿Malo? El inglés no lo sabía, pero tenía que cumplir con su tarea a como de lugar.
La iniciativa Dharma fue la que inició todo esto con los números, los primeros extraños en llegar a este misterioso universo hecho Isla en mucho tiempo, o quizás jamás. Ellos cambiaron todo, quisieron hacerse con la Isla, quisieron dominarla, ¿pero cómo dominas algo que no entiendes?
¿Y qué con ese extraño humo negro? La escotilla o la historia de Danielle Rousseau. Las pistas estaban allí, solo que los sobrevivientes no las veían. Toda la historia de Lost, sus maravillas y lo enredada de su trama, es difícil plasmarlo con palabras, es una serie de televisión que todos los amantes de la ciencia-ficción deben ver en su vida, más de una vez.
Porque querrán regresar.
We have to go back...
El final de Lost ha sido uno de los más polémicos y discutidos de la última década. Todos parecen tener su propia teoría, y todos critican las otras. En mi opinión, el final fue perfecto. Era justo lo que esperaba después de 6 maravillosas temporadas llenas de misterio, enredo y tramas que poco a poco se fueron descociendo.
La lucha de poder, el romance, la agonía y un poco de síndrome de Estocolmo. El complejo de deidad, y las verdaderas deidades, todo esto envolvía al final de Lost que mientras nos respondía preguntas, nos planteaba nuevas, para que nosotros mismos las respondiéramos.
Siempre recordaré con mucha alegría y sentimientos encontrados ese episodio en el que Desmond habla con un autoritario y soberbio Charles Widmore sobre Penny y sobre la Isla, acompañados de un buen trago de Whiskey. Ese episodio para mi, cuenta con algunos de los mejore diálogos de la serie, y nos da tanta información sobre la Isla y la trama que se me hizo necesario verlo dos veces para digerirlo, además de las maravillosas actuaciones de los protagonistas del diálogo.
A sus 10 años, es buen momento de regresar a la Isla
Eso fue Lost, escenas increíbles, diálogos muy elaborados y saltos en el tiempo, hay veces que no sabes si estás en el pasado, en el futuro, o si lo que viste nunca ocurrió, o está ocurriendo de una forma distinta a la que piensas. No sabes por qué hay que apretar ese botón, no sabes pero necesitas saber quién es Jacob, quieres saber más de Richard, te duele el pasado de Locke como si fuera de alguien a quien has querido toda tu vida, pero lo puedes llegar a odiar.
Hoy, 22 de septiembre se cumplen 10 años de que se estrenara esta gran historia, de sobrevivientes, de una canción llamada You All, Everybody, del precioso amor entre Jin y Sun que nada lo iba a impedir, de que conociéramos al misterioso y silencioso Sayid, al divertido y adorable Hurley, al líder y a su vez perturbado Jack, a Richard y sus extrañas pestañas, y a Michael Emerson interpretando como solo un maestro sabe hacer a Ben.
Lost es la obra maestra de Damon Lindelof, y a sus diez años, quizás para muchos es buen momento de verla de nuevo. Sé que para mi lo es.
Es hora de regresar a la Isla, desde aquel 23 de mayo de 2010 en el que concluyó una de las mejores series de la historia de la televisión.
_See you in another life, brotha..._.