Michael Bay nos trae de nuevo de la mano de Paramount Pictures su cuarta entrega de Transformers: Age of Extinction. 
La película ha arrancado muy fuerte, haciendo una recaudación de 301,3 millones de dólares en USA sólo el primer fin de semana de estreno, dejándola en un muy buen lugar para ser recordada como la película del verano 2014. Pero, más allá del éxito taquillero, pasemos a analizar un poco por qué ha podido llegar a tal escándalo de venta.En esta cuarta parte nos encontramos con el legado de la tercera: han pasado cinco años desde la salvaje lucha entre los Autobots y los Decepticons en Chicago, y la ciudad todavía trata de recuperarse de ello. Las consecuencias de la batalla, aparte de los incalculables destrozos, también han dejado la desconfianza de la raza humana hacia los Transformers, que parece que no han demostrado que pueda llegar a existir una convivencia del todo pacífica entre ambas ‘razas’. 
Con esta decisión, una unidad especial de la CIA tendrá como objetivo acabar con todos los Transformers que puedan quedar en la tierra, sin hacer distinción de ‘los buenos’ y ‘los malos’.



Las piezas y cuerpos caídos de la batalla que tuvo lugar hace años son materiales muy preciados ahora, con los que el gobierno planea crear sus propios Transformers y, con ello, un ejército propio, y con los que los habitantes de a pie intentan establecer un mercado de compraventa bastante clandestino para sacar beneficios o inventos con la aparentemente chatarra alienígena. 





Si vas a ver la película con el conocimiento previo de que no han escatimado desde luego en minutaje (165 MINUTOS), quizás no te llame la atención que Bay tarde más o menos tres cuartos de hora en presentar y arrancar la trama.



Este tiempo lo dedica en dar a conocer a los protagonistas: Cade Yeager (Mark Wahlberg) es un científico e inventor que lucha por rascar dinero de sus inventos y poder así darle un futuro prometedor a su hija Tessa (Nicola Peltz), intentando ahorrar para pagarle la carrera y demostrándole que, en el fondo, es un hombre maduro y responsable que se preocupa por ella. TRANSFORMERS: AGE OF EXTINCTIONEsta subtrama personal es imprescindible en una película cargada de clichés en este aspecto, con una figura paterna decepcionante, una niña huérfana de madre, y la figura masculina que terminará convirtiéndose en el héroe de su hija. La cual, por otro lado y como no podía ser de otra manera, está muy buena, y lleva pantalones muy cortos así como bastantes botones desabrochados de la camisa. ¡Viva América!

Optimus Prime luce ahora una nueva imagen, así como sus compañeros, que presentan unas carrocerías totalmente pulidas bajo impresionantes marcas automovilísticas, de las que cualquier fanático del motor podría hacer alabanzas.

 A lo largo de la película se dejan ver Corvettes, Bugattis, un Lamborghini Aventador LP 700 y un Pagani Huayra entre muchos otros. No va a ser un Transformer un Seat Panda.

TRANSFORMERS: AGE OF EXTINCTION

Por otro lado, los Autobots que consiguieron sobrevivir a la masacre de la anterior entrega están escondidos en La Tierra esperando a que su jefe vuelva a dar señales de vida y les reúna de nuevo. Eso será así cuando Cade, el protagonista, se haga con Optimus pensando que es una vieja chatarra de la que poder sacar unos duros. Poco después verá cómo su parcela se convierte en tremendo campo de tiro una vez la CIA descubre que está ocultando allí a uno de los altos mandos alienígenas, tan buscado.




A partir de aquí las hostias llueven como panes prácticamente en los restantes 120 minutos. No escasean las explosiones, golpes increíbles y una acción constante de transformaciones. 
La tremenda inversión en producción y efectos dan su fruto, consiguiendo batallas realmente logradas, muy efectivas visualmente, e impactantes. TRANSFORMERS: AGE OF EXTINCTION



Acompaña mucho a lo largo de toda la película la banda sonora de Steve Jablonsky (responsable de ello también en las anteriores), con músicas tópico para combates, pero consiguiendo el objetivo, que no es otro que la funcionalidad acompañando a la imagen. 
Y si en la imagen nos encontramos con ininterrumpidos mamporros, imagino que tampoco vería lugar para incluir un buen resultante leitmotiv. "Me parece bastante increíble que uno de ellos sea fumador de un puro electrónico"

A pesar de todo, no puedo evitar la tirria a los anteriormente citados clichés, donde incluiría los abundantes movimientos en slow motion, acompañados por un efecto sonoro embotellado y empapado de frecuencias bajas, tan recurridas; o los rescates en el último segundo a ralentí de una caída de los protagonistas al vacío con una alternativa, si no, de muerte segura; los constantes mensajes moralistas o escenas de combate con un código de triunfo visual seguro, etc. Diciendo esto tampoco quisiera desmerecer el buen trabajo de uso de efectos, que no ha debido de ser nada fácil en mezcla. 



TRANSFORMERS: AGE OF EXTINCTION

Algo que me pudo sorprender también, y donde pondré especial atención, es en la exagerada humanización de los Autobots y su perfil de personalidades. Quiero decir, que me parece bastante increíble que uno de ellos sea fumador de un puro electrónico. Viene de otro planeta con cigarrillos electrónicos voluminosos, ya que deben ir acorde con su tamaño, y no deja de dar caladas aunque esté en pleno combate de vida o muerte.


Bajo el puro electrónico de este personaje alienígena se dibuja e intuye una barba, metálica, claro (un robot con barba), y un cuerpo con movimientos de alguien (un robot) con mucha confianza en sí mismo, y hasta se podría interpretar en sus gesticulaciones que viene de algún tipo de barrio conflictivo que le ha enseñado lo que es realmente la vida. 

Otro de ellos es directamente japonés: es un guerrero samurai, sensei, muy zen. Luego también está el violento guerrillero y el vacilón que se ofende si se meten con su físico.


Otra de las novedades de esta parte de la saga es con lo que abre boca el cartel a los espectadores: ¡hay dinosaurios robots! Sí, dinosaurios robots. DINOBOTS. Transformers gigantes que en vez de transformarse en camones cisterna, o tráilers de mercancía peligrosa, se transforman en Tiranosaurio Rex o en un Triceratops. Basta decir que esto es la guinda de lo impresionante.

TRANFORMERS: AGE OF EXTINCTION

Conclusión


Dentro de lo dicho, y a pesar del tono irónico, si te han gustado las anteriores entregas, ésta la disfrutarás sin duda.

Los escenarios se han recreado de forma espectacular, y la acción más sorprendente está acompañada de una muy buena producción, que hace que quede a la altura de las expectativas que pueda tener cualquier fan de este tipo de género.



Es indiscutible el increíble gasto que han hecho para recrear y ambientar la historia de esta forma, que, junto a los nombrados clichés, compensan quizás las faltas que se encuentran en el guión y la línea de trama en general, pero que la convierte en una buena candidata para ser la película fácil de acción del verano.

Pros

  • Buenos efectos especiales.
  • Fidelidad a la saga y sus seguidores.

Contras

  • Constantes clichés predecibles.
  • Duración excesiva y desmesurada.

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